Sentar las bases de una gran organización revolucionaria

Desde las movilizaciones del 15M los compañeros/as de Clase contra Clase (FT-CI) y de la Agrupación Revolucionaria No Pasarán venimos haciendo una experiencia en común, tanto en lo que se refiere a la intervención en la lucha de clases como en el debate teórico y estratégico.

Durante el verano, unos 50 compañeros/as profundizamos estos debates en dos exitosas Jornadas de Verano, una en la localidad de Salselles (Catalunya) y otra en Aguarón (Aragón). Estas Jornadas nos permitieron profundizar discusiones sobre la actual situación internacional y nacional, signada por el deterioro acelerado de la crisis capitalista y la emergencia de nuevos procesos de lucha de clases y el movimiento juvenil.

Junto con ello, abordamos algunas de las principales lecciones revolucionarias que han dejado la historia del siglo XX, como las de la Revolución Española o la Revolución Rusa, y su vigencia para pensar las tareas de los revolucionarios.

Al mismo tiempo, las discusiones sirvieron para evaluar en común la actividad que llevamos adelante los militantes de CcC y No Pasarán en las ciudades en las que estamos y definir las nuevas tareas por venir. Los avances que realizamos por medio de la experiencia común y las discusiones teóricas y estratégicas, fueron la base sobre la cual discutimos la necesidad de sentar las bases de una gran organización revolucionaria en el Estado español, frente a la miseria estratégica de las corrientes anarco-sindicalistas, autonomistas y centristas. El acuerdo con este gran objetivo fue una de las principales conclusiones de estas Jornadas.

Resumimos aquí algunos de los ejes más importantes de las discusiones.

Análisis de la situación: perspectivas de la lucha de clases y tareas revolucionarias

La discusión sobre la situación de la lucha de clases en Europa y el Estado Español ocupó gran parte de los debates en ambas Jornadas, con múltiples intervenciones de las compañeras y compañeros presentes. Las discusiones estuvieron atravesadas por el desarrollo, durante esos mismos días, de la heroica lucha minera. Entre una jornada y otra participamos con enorme entusiasmo militante del recibimiento obrero y popular a la Marcha Minera que llegaba a Madrid.

Al calor de este proceso, evaluamos entre todos el “punto de inflexión” que significaba la lucha minera para la lucha de clases en general y el impacto en la subjetividad del movimiento estudiantil y juvenil. En este sentido, muchas compañeras y compañeros fundamentaron la posibilidad de que en este próximo curso el movimiento estudiantil emerja con más fuerza y que la perspectiva de una confluencia con las luchas obreras que tiendan a desarrollarse se torne más concreta. Como conclusión, se planteó entonces la necesidad de amplificar la lucha por la unidad obrera estudiantil –lucha que venimos dando día a día en nuestros lugares de trabajo y estudio-, por la autoorganización y contra la burocracia sindical, así como contra la ofensiva represiva del régimen y por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores y el pueblo.

De conjunto, la definición de estas tareas políticas nos llevó a reafirmar la necesidad de multiplicar las fuerzas de los revolucionarios en el Estado Español, pero no sólo cuantitativamente, sino también en calidad, voluntad de lucha y formación militante de una organización dotada de una estrategia revolucionaria para vencer.

La Revolución Española, fuente inagotable de lecciones revolucionarias

Otro eje importante de debate, que produjo un rico intercambio entre muchos de los compañeros y compañeras presentes, giró en torno a las lecciones programáticas y estratégicas de la Revolución Española. La Revolución y la Guerra Civil fue un profundo proceso revolucionario que puso a prueba todas las estrategias desplegadas por las tendencias políticas que intervinieron en los acontecimientos.

La discusión sobre dichas estrategias nos permitió abordar las conclusiones fundamentales sobre la revolución y el rol jugado por las principales tendencias del movimiento obrero que intervinieron en el proceso: el estalinismo y el anarquismo. Por un lado, el papel contrarrevolucionario del Partido Comunista Español, sosteniendo una alianza con la burguesía republicana en el Frente Popular y tratando de impedir por todos los medios la victoria de la revolución proletaria en el Estado Español, traición que lograron consumar. Por otro lado, el trágico rol del anarco-sindicalismo de la CNT, integrándose al Frente Popular, así como la política centrista del POUM, que los condujo a un colaboracionismo en distintos grados con los gobiernos republicanos.

Para que la revolución española triunfase, hacía falta un verdadero partido revolucionario, que a pesar del heroísmo de los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre del Estado Español, estuvo ausente trágicamente. Una conclusión que profundizamos especialmente discutiendo los hechos de las Jornadas de Mayo de 1937, los cuales pusieron a prueba como en un laboratorio todas las estrategias en pugna. Así analizamos las potencialidades y límites que tuvo la política levantada por la Agrupación “Los Amigos de Durruti”, así como por la sección Bolchevique Leninista de la IV Internacional y los sectores de la izquierda del POUM durante aquellos sucesos, que ofrecen para nosotros valiosas lecciones revolucionarias para el presente (Ver “Mayo del ´37: Cuando Barcelona estuvo bajo control de los obreros”, Suplemento Especial de Contracorriente, mayo de 2012).

Internacionalismo, estrategia revolucionaria y trotskismo

El otro eje clave que abordamos en las Jornadas fue sobre la situación internacional en la actualidad y las tareas de los revolucionarios, que discutimos junto a compañeros de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional de Francia y Argentina que participaron en los informes y debates.

Esta discusión nos permitió finalmente abordar la cuestión más importante de las Jornadas: cómo avanzar concretamente en la tarea de construir una organización revolucionaria en el Estado Español alrededor de una estrategia revolucionaria, que desde Clase contra Clase y la FT planteamos que es el programa y la estrategia del trotskismo.

Producto de los acuerdos programáticos alcanzados, que se han materializado en el Manifiesto Programático de la Agrupación, así como la valiosa experiencia militante común que hemos realizado, discutimos que en los últimos meses hemos conquistado bases firmes para avanzar en la tarea de construir una organización revolucionaria común, que se proponga la enorme tarea de refundar el trotskismo en el Estado español, como parte de la lucha por reconstruir el partido mundial de la Revolución Socialista, la Cuarta Internacional.

Para dar pasos en esta perspectiva, en las Jornadas tomamos como resoluciones especiales realizar un Seminario sobre el pensamiento de León Trotsky y los principales elementos de su legado teórico y programático, el cual realizamos durante el mes de agosto tanto en Barcelona como en Zaragoza (ver nota “Seminarios en Barcelona y Zaragoza: El marxismo de León Trotsky”), así como planificar una reunión o conferencia nacional en los próximos meses que sintetice los acuerdos alcanzados.

Para todos los que asistimos, las Jornadas en Salselles y Aguarón representaron un importante avance en el estudio, la reflexión y la discusión teórica y estratégica, en las que tampoco faltaron los momentos de ocio creativo, la diversión y otras actividades culturales y de discusión, como la dedicada a tratar la cuestión LGTBI, de género y las relaciones personales entre revolucionarios. Todas y todos los que participamos salimos de allí conscientes de ser parte con convicción y entusiasmo de la gestación de un gran proyecto político revolucionario… qué mejor sensación que esa.

Al calor de esta apasionante discusión, muchos de los presentes en las Jornadas recordamos las emocionantes palabras que León Trotsky dirigió a la Conferencia de Fundación de la Cuarta Internacional, cuando decía:

“Queridos amigos, no somos un partido igual a los demás. No ambicionamos solamente tener más afiliados, más periódicos, más dinero, más diputados. Todo eso hace falta, pero no es más que un medio. Nuestro objetivo es la total liberación, material y espiritual, de los trabajadores y de los explotados por medio de la revolución socialista. Si no la hacemos nosotros, nadie la preparará ni la dirigirá. Los grandes acontecimientos que se ciernen sobre la humanidad no dejarán piedra sobre piedra de estas organizaciones que se sobreviven. Sólo la Cuarta Internacional mira con confianza el futuro. ¡Es el partido mundial de la revolución socialista! Nunca hubo un objetivo más importante. Sobre cada uno de nosotros cae una tremenda responsabilidad histórica. El partido nos exige una entrega total y completa. Que los filisteos sigan buscando su individualidad en el vacío; para un revolucionario darse enteramente al partido significa encontrarse. Sí, nuestro partido nos toma por entero. Pero en compensación nos da la mayor de las felicidades, la conciencia de participar en la construcción de un futuro mejor, de llevar sobre nuestras espaldas una partícula del destino de la humanidad y de no vivir en vano.”

Nuestra mayor aspiración es hacer honor a las palabras de este gran revolucionario. Así que, Adelante!

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