La polarización que existe en la situación política venezolana y reflejada en las últimas elecciones ganadas por el candidato continuista de la política chavista, Nicolás Maduro, con el porcentaje de ventaja mas bajo de las historia del chavismo, dibujan un mapa altamente inestable en el país latinoamericano con repercusiones en toda la región. En este momento en que los chavistas y los seguidores de Capriles se están tomando para medir sus fuerzas tras los ajustados comicios, la oposición de derecha ha aprovechado para tensionar la situación, promoviendo ataques reaccionarios y fascistas contra militantes chavistas, y módulos de barrios, mientras los capitalistas del mundo han puesto en funcionamiento toda su maquinaria para decantar la balanza.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, declaró que confiaba en que se mantuvieran las buenas relaciones con Venezuela «sea quien sea el vencedor» de los comicios, lo que suponía un «desconocimiento implícito» de la ya anunciada victoria de Maduro. A lo que Venezuela llamó a consultas a su embajador en España en protesta por estas declaraciones, abriendo así una crisis diplomática. Aunque posteriormente, en declaraciones a los medios de comunicación, el ministro ha reconocido a Nicolás Maduro como «presidente de la República de acuerdo con el ordenamiento constitucional» después de que «hoy», refiriéndose al 17 de abril, se haya producido una «novedad» al haber dictaminado el Consejo Nacional Electoral que no va a haber recuento de votos como lo reclamó el candidato derechista, Capriles Radonski.
Quizás hay influido que el propio Capriles, suspendió la movilización que tenia prevista, por miedo a que estas se desbordasen frente a la prohibición del gobierno.
Por otro lado, de forma más persistente, se encuentra la actitud intervencionista de los representantes exteriores norteamericanos en los dichos del secretario de Estado de EE UU, John Kerry de negarse a reconocer los resultados hasta que no se realice el recuento voto por voto, como reclama la oposición. Medida que también encontró eco en sectores de la iglesia venezolana. A lo que el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha acusado a Estados Unidos de «preparar un golpe de Estado en Venezuela» mientras que la mayoría de los gobiernos de América Latina, en función de sus propios intereses, han salido a reconocer el triunfo de Maduro.
Estas declaraciones resultan un gravísimo precedente de injerencia imperialista en la política domestica venezolana, que en los hechos da por tierra de todo principio formal de soberanía.
En este sentido, desde Clase contra Clase criticamos de forma tajante la ofensiva de los capitalistas españoles y norteamericanos que mediante apelaciones institucionales y de sus instrumentos de comunicación están llevando a cabo en contra de los intereses de los trabajadores y el pueblo venezolano y alentando a la oposición patronal de Capriles. Nuestras discrepancias con el gobierno de Chávez han sido expuestas a debate en numerosas ocasiones, pero la actitud y política antiimperialista e internacionalista nos hace criticar férreamente las maniobras del imperialismo español y sus homólogos, sin que esto signifique nuestro apoyo político a Maduro. Con grandes intereses económicos en sectores tan variados como la banca, la telefonía o la industria energética, los capitalistas españoles se juegan muchos suculentos negocios, día a día en el continente latino americano.
Es deber de los revolucionarios y de la izquierda consecuente asumir una clara postura antimperialista, denunciando y combatiendo activamente toda injerencia de del Estado español, ya sea con sus tropas o sus cuerpos diplomáticos. Los trabajadores y el pueblo venezolano nada bueno pueden esperar de estas intromisiones.
Solo el movimiento obrero y popular autoorganizado, independientemente de cualquier variante patronal ya sea nacional o extranjera, puede resolver de forma progresiva la crisis política venezolana cumpliendo las demandas de los trabajadores y los sectores populares.
Ninguna injerencia imperialista en la política venezolana!
Fuera yankees de América Latina!