Viene Obama, “premio Nobel” de la barbarie y el guerrerismo imperialista

Durante los días 9, 10 y 11 julio, Barack Obama visita el Estado español. Viene a pasar revista a sus tropas en suelo español, hacer lobby a favor del TTIP y garantizar que el próximo gobierno sea tan pro norteamericano como los anteriores.

El presidente norteamericano, Barack Obama, será recibido con bombos y platillos en su visita al Estado español, después de 15 años que un mandatario estadounidense no pisaba sueño español. Una visita rodeada de un aura de hipocresía sin límites.

Obama es el “Nobel de la paz” con más guerras e intervenciones militares en su haber (Afganistán, Yemen, Irak, Libia, Siria), la legalización de los “golpes constitucionales” en Honduras, Paraguay, Brasil, y la cada vez mayor injerencia imperialista en Venezuela.

Un “amigo de los derechos humanos” que comanda miles de asesinatos con drones en Yemen, Irak y otros países; que hace la vista gorda ante las decenas de asesinatos policiales contra los jóvenes y personas negras en Estados Unidos; que ha impulsado una estrategia “antidrogas” responsable de miles de asesinatos bajo el terror estatal en México; que hasta la fecha mantiene el infame centro de torturas de Guantánamo en Cuba, y un sinnúmero de atropellos contra los pueblos del mundo. Una sistemática actividad de opresión imperialista por la que, eso sí, Obama derrama de vez en cuando alguna “lágrima de cocodrilo”.

Un “buen amigo” de España, como lo llamó Mariano Rajoy, que será recibido con honores por el Rey, toda la plana mayor del gobierno en funciones y los representantes de los principales partidos. Entre ellos, también estará el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que participará de un almuerzo con el jefe del imperialismo yanqui en el Palacio Real. Un nuevo gesto de genuflexión de Iglesias ante los poderes reales del capital imperialista.

Pero Obama no sólo se reunirá con los representantes políticos de “la casta” -entre ellos sus antiguos críticos-, sino también con sus jefes, los representantes de lo más granado del capital imperialista español: Ana Patricia Botín (Santander), Francisco González (BBVA), Isidro Fainé (Fundación La Caixa), César Alierta (Telefónica), José María Álvarez Pallete (Telefónica), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Florentino Pérez (ACS), Rafael del Pino (Ferrovial), José Manuel Entrecanales (Acciona), Antonio Brufau (Repsol), Antonio Huertas (Mapfre) o Juan Miguel Villar Mir (OHL).

Estos son sólo algunos de los ilustres invitados al almuerzo que el Rey ofrece este lunes a Barack Obama en el Palacio Real en Madrid, todos ellos, socios menores de Estados Unidos en la expoliación de los pueblos del mundo, especialmente en América Latina, el “patio trasero” del imperialismo yanqui.

La fecha para la visita no es casual. A punto de finalizar su mandato en la Casa Blanca, Obama llega al Estado español en un momento de profunda crisis política del Régimen de la Transición y su sistema de partidos, en cuyo diseño
la inteligencia y la diplomacia estadounidenses jugaron un papel clave. Y también en un momento de crisis de la propia Unión Europea, a pocas semanas de haberse votado en Brexit en el Reino Unido y en un marco de crecientes tensiones en los regímenes de los principales países del continente que son expresión de la crisis del proyecto mismo de la Unión Europea.

Obama espera dejar como un éxito de su estancia en la Casa Blanca un nuevo panorama de las relaciones con América latina, mucho más favorable para el imperialismo que el que encontró al asumir. En ese plan se enmarcó su viaje a Cuba, Argentina y su apoyo al “proceso de paz” en Colombia. En Europa y el Estado español, Obama se propone apuntalar las relaciones con sus aliados y así fortalecer sus intereses imperialistas y sus posiciones comerciales, financieras, políticas y militares.

Los objetivos de la visita de Obama

La verdadera agenda de Obama no es la que publicita la prensa adicta al Régimen. Su visita al Estado español tiene objetivos políticos precisos, como corresponde al ejercicio del poder en la mayor potencia imperialista del mundo.

En primer lugar, Obama, que vendrá directamente de una cumbre de la OTAN en Polonia, se propone inspeccionar el impresionante contingente militar norteamericano desplegado en suelo español. En el Estado español hay 3.650 militares estadounidenses: 2.800 efectivos en la base de Rota (Cádiz) y 850 en la de Morón de la Frontera (Sevilla). Para el imperialismo norteamericano, el Estado español es desde hace décadas un “aliado estratégico” clave, con una posición geoestratégica inmejorable para sus operaciones militares en el norte de África y Medio Oriente.

Un papel que se ha reforzado aún más en los últimos años. Por un lado, modificando las condiciones del Convenio que rige las pautas de cooperación militar entre ambos países y consintiendo que la base de Morón sea un destino “permanente” para las tropas desplegadas allí; por otro lado, permitiendo que en Rota se desplieguen desde 2014 cuatro destructores norteamericanos que son parte del escudo antimisiles de la OTAN. Toda una declaración de principios del gobierno del PP de apoyar la ofensiva guerrerista norteamericana de la última década sobre los pueblos de África y Oriente Medio.

En segundo lugar, la visita de Obama tiene también el objetivo de hacer lobby para que el Estado español suscriba, si es posible por la “vía rápida” –sin debate parlamentario ni ningún tipo de consulta a la ciudadanía-, el TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, por sus siglas en inglés) entre la Unión Europea y Estado Unidos. El TTIP busca establecer un verdadero tratado de “libre explotación” que responda a las aspiraciones del capital imperialista, unificando el mercado de Estados Unidos y Europa. Un mercado que representa nada menos que el 60% del PIB mundial. Por ello algunos analistas y académicos lo llaman “la OTAN del comercio” o “el Leviatán atlántico”. Un acuerdo que Obama se propone apuntalar antes de dejar la Casa Blanca.

Por último, en relación a la política “doméstica”, la visita del mandatario norteamericano, estará centrada en evaluar la situación política después de las elecciones del 26J e intervenir del modo que sea necesario para defender los intereses norteamericanos. La ronda de contactos que Obama mantendrá con los líderes de los principales partidos políticos, entre los que estará incuso el líder de Podemos, Pablo Iglesias, persigue el objetivo de conocer de primera mano las intenciones de los distintos actores y, por supuesto, asegurarse de que sea cual sea el gobierno que resulte de las negociaciones parlamentarias, este siga siendo un gobierno “amigo de los Estados Unidos.” En palabras más llanas, otro lacayo del imperialismo yanqui.

El imperialismo español, aliado estratégico de Estados Unidos

La influencia norteamericana en el Estado español sigue siendo hoy tan importante como lo fue durante la Transición, cuando entre el imperialismo norteamericano y alemán auparon al PSOE de Felipe González y Javier Solana para comandarla y terminar de darle forma al infame Régimen del ‘78.

La relación del Estado español con Estados Unidos ha sido siempre de subordinación, sin embargo, lo ha sido siempre en tanto aliado imperialista menor de la potencia estadounidense. A pesar de su decadencia, el Estado español sigue jugando su papel en las relaciones internacionales del poder imperialista, tanto en el reparto del saqueo de los recursos de los países semicoloniales como en el terreno militar.

Cuando acaba de conocerse el informe Chillcot, el cual deja al descubierto que la guerra de Irak fue iniciada en base a informes falsos para justificar la ofensiva guerrerista, vale recordar que la alianza que invadió Irak en 2003 tenía tres patas, y la tercera fue el Estado español bajo la presidencia de Aznar, el más fiel representante “neocon” del PP.

Pero no sólo fue Aznar ni mucho menos. Desde la cabeza del Régimen español, el Rey y la Casa Real, hasta los distintos gobiernos del PSOE y del PP, todos han sido los principales defensores y representantes de los intereses imperialistas españoles.

Con su visita al Estado español, Barack Obama busca favorecer el avance de los intereses norteamericanos en el Estado español y en Europa, pero también reforzar la alianza estratégica con el Estado español, un factor clave para mantener su ofensiva guerrerista en Irak, Siria, Afganistán, Libia o Yemen.

Frente a esto, Podemos y el nuevo reformismo español, ha demostrado que es completamente impotente para enfrentar al imperialismo, tanto el norteamericano, como sobre todo al propio imperialismo español. Pero esto es así por el simple hecho de que ni siquiera lo cuestiona. En su retórica “democrática” y “patriótica”, Pablo Iglesias no hace más que justificar con palabras bellas su estrategia de ser la pata izquierda de la “patria” imperialista española.

Por ello, consultado por la prensa sobre su participación en el almuerzo con Obama, el líder de Podemos ha dicho que tiene mucho «interés» en abordar con Obama asuntos de política como la OTAN. ¿Para cuestionarla? En absoluto. Sino para decir que lamenta que esa maquinaria imperialista infernal que es la OTAN sea “una organización en la que soldados europeos están bajo el mando de generales americanos”, y no bajo el mando de generales del viejo continente.

Detrás de la sonrisa y el supuesto rostro “amable” de Barack Obama, se encuentra el avance del imperialismo norteamericano, que prepara una mayor ofensiva capitalista, para que la crisis económica la paguen los trabajadores y el pueblo del mundo.

La lucha antiimperialista no tiene fronteras, nos hermana con todos los países oprimidos del mundo y debe ser tomada en sus propias manos por los trabajadores, las mujeres y la juventud. Por ello este domingo en Madrid y en Sevilla, gritaremos bien fuerte: ¡Obama, go home!

¡Repudio a la presencia de Obama en el Estado español! ¡Por la soberanía de los pueblos! ¡Abajo el TTIP! ¡No pago de la deuda externa! ¡Abajo el FMI y el Banco Mundial! ¡Fuera las bases militares yanquis! ¡Fuera la OTAN! ¡Abajo el imperialismo español!

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