Adiós a Fernando “el de Donuts”, un ejemplo de lucha y solidaridad obrera

El pasado 22 de enero, tras una larga enfermedad, falleció Fernando Roig, repartidor, fundador y dirigente de la sección sindical de CGT de Donuts-Panrico en Zaragoza. Para él, este sentido homenaje.

Cuatro meses de heroica huelga

A finales de 1999, Fernando junto con la mayoría de sus compañeros repartidores, empezó una valiente huelga, contra su empresa Donuts-Panrico, por el establecimiento de unas condiciones laborales y salariales dignas, cosa que hasta entonces no tenían.

Estos repartidores eran lo que llamamos “falsos autónomos”. Ese término se refiere a los trabajadores a los que una empresa les obliga a pagarse la seguridad social y la furgoneta para asumir menos costes. Sin embargo, eran trabajadores al 100%, ya que la empresa les ponía los horarios, las rutas, el salario… Además de hacerse cargo de los impuestos que generaba su actividad, así como de la compra de una furgoneta isotérmica para el transporte de los productos, realizaban entre 50 y 60 horas de jornada semanal. En la mayoría de los casos, su sueldo apenas alcanzaba las 100.000 ptas. (600 euros). La huelga se inició en la llamada “zona norte”, que englobaba Aragón, Navarra, Rioja, Comunidad Autónoma Vasca y Lérida.

Por todas estas cuestiones, 107 trabajadores decidieron empezar una huelga que duró cuatro largos meses. Fue una lucha muy dura, en la que tuvieron que hacer frente a la presión de la patronal, la asfixia económica brutal (ya que no recibían el salario pero como autónomos tenían que seguir pagando sus impuestos correspondientes), el olvido, cuando no el ataque directo de los medios de comunicación o la vergüenza de ver como salían a trabajar varios compañeros, como esquiroles.

Frente a todos estos ataques, fueron muy pocos, aunque valiosos, los apoyos que recibieron. La burocracia sindical de UGT y CCOO les negó el apoyo desde el principio, alegando que era una lucha de autónomos. Los partidos de izquierda, IU y CHA, les dieron algo de apoyo material y parlamentario, ya transcurrida mitad de huelga, pero como suele ser en estos casos muy por debajo de lo que necesitaban y merecían. Mención aparte merecen muchos de sus militantes, especialmente los miembros de su Área de Juventud, que estuvieron hasta el final dando un apoyo muy importante. La CGT sí que estuvo desde el principio, ya que Fernando y otros dirigentes eran próximos a la misma. También algunas asociaciones de vecinos, especialmente la de San José, que ofrecieron toda su ayuda durante todo el conflicto.

Los compañeros del Sindicato de Estudiantes de Izquierdas (SEI), organización de la que venimos los compañeros y compañeras que formamos Clase contra Clase (CcC), tomaron la solidaridad con la huelga como una prioridad, y se convirtió en una experiencia de unidad obrero-estudiantil que marcó la vida militante de muchos de aquellos jóvenes y otros que nos incorporábamos a la militancia en aquella época.

La huelga terminó con una gran victoria, ya que consiguieron sustanciosas mejoras laborales y salariales, la creación de una sección sindical, el respeto y el temor de la empresa (que desde entonces les tenía miedo y no se atrevía a tomar ninguna decisión importante para los trabajadores sin acuerdo con ellos). Además, como años después manifestaba Tomás Royo, otro histórico dirigente de la huelga y sucesor de Fernando (cuando éste dejó el cargo por motivos de salud) como Secretario de la sección sindical Donuts-Panrico, al hablar del balance de esta histórica huelga: “Además de la dignidad, entre los compañeros ha quedado una relación de amistad. Antes de la huelga venía justo para saludarnos, pero después la unidad de la plantilla ha ido mucho más allá. Hoy la amistad que me une con mis compañeros es mayor que la que tengo con los amigos de toda la vida”.

Un ejemplo de lucha y solidaridad obrera hasta el final

Tras la huelga, Fernando lideró la sección sindical recién creada y en todos estos años transcurridos siguió siendo un referente de lucha, tanto como líder sindical, como simple trabajador, incluso, hasta que la salud le dejó después de su jubilación.
Uno de los últimos ejemplos de esto fue que él y otros de sus compañeros mandaron apoyo moral y económico a los compañeros de la fábrica “Santa Perpetua” (Barcelona) durante su huelga, si bien no se pudo revertir la política de la burocracia de UGT y CCOO, mayoritarios en la fábrica, que trabajaron para que la planta de Zaragoza, de la Bella Easo, fuera parte del engranaje que sirvió para boicotear la lucha.

Esto era así, porque Fernando tenía “grabado a fuego” la llamada “conciencia de clase”. Daba igual qué sindicato la dirigiera, de qué sector se trataba; en no pocas huelgas de otros trabajadores él estaba allí, apoyando la movilización justa de la clase obrera o del movimiento estudiantil.

Esto último lo sabemos muy bien los compañeros del SEI. Desde la huelga del 99, siempre recibimos su apoyo personal y del resto de la sección sindical en toda lucha o conflicto que lo necesitaba. Nunca nos negó su apoyo y consejo en cualquier situación que se lo pedimos.

Aun recordamos con emoción cuando nos encerramos en la antigua Escuela de Artes (para evitar su traslado a la actual) o en el Edificio Interfacultades en 2008 para luchar contra el Plan Boloni, y los compañeros de Donuts, entre ellos Fernando, se presentaron por la mañana con bollería y otros productos para darnos de desayunar. Ellos, como no podía ser de otra manera, fueron los invitados de honor, cuando inauguramos nuestro centro social, cuya Biblioteca, llevó desde el principio como homenaje sincero a todos ellos, el nombre de otro gran luchador de Donuts, Carlos Borrajo, que entonces nos acababa de dejar y cuya esposa e hijos estuvieron con gran entereza presentes en este acto de homenaje.

Esta “solidaridad de clase” fue mutua, ya que ellos también contaron siempre con todo nuestro apoyo. Recuerdo en 2004 cuando nos encontramos en plena cincomarzada y nos contaron que tenían que volver a la carga, esta vez contra Mercadona y la política de la empresa de externalizar el reparto en esta gran cadena. Volvimos con ellos, obreros y estudiantes, esta vez a las puertas de los supermercados a pelear juntos contra el intento de la patronal de arrebatarles parte de lo conquistado en su huelgón del 99.

¡Hasta siempre y gracias compañero!

Los que tuvimos la fortuna de conocerle nunca le olvidaremos. A unos jóvenes estudiantes nos dejó compartir sus alegrías y esperanzas. Aún recuerdo aquellos almuerzos de los sábados por la mañana en el Restaurante “3 Cepas”, en los que éramos privilegiados testigos de una plantilla unida por la amistad más sincera que pueda haber, que es la que se forja en la lucha del movimiento obrero.

Cómo olvidar su fuerza, su energía, su apoyo constante, su ejemplo de lucha y el de sus compañeros, que lucharon y ganaron y que demostraron a todos, la fuerza de la clase obrera organizada. La relación con él y sus compañeros fue una de las principales escuelas de solidaridad y conciencia de clase para nuestro pequeño grupo de jóvenes.

Fernando se va, pero él como otros muchos que se han ido, seguirán presentes en las luchas de los trabajadores y la juventud, pues su experiencia es ya parte del legado del que partimos las generaciones que seguiremos luchando por un mundo sin explotación ni opresión.

Por todo ello, nuestro respeto y admiración más profunda, y nuestro más sincero pésame y a cariño, a su mujer, sus hijos y todos sus compañeros.

¡Hasta siempre compañero!

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About Jorge Carderón

Jorge Calderón | Historiador y Profesor de Secundaria, Zaragoza :: Pontevedra