¡Abran paso a las mujeres de Panrico, Coca Cola y Movistar!

Las mujeres trabajadoras fueron protagonistas de las huelgas más importantes del último tiempo en el Estado español, como Panrico y Coca Cola. También las mujeres «técnicas» de Movistar prometen un protagonismo similar. ¡Abran paso!, porque nadie puede silenciarlas.

 

En los libros de historia sobre la clase trabajadora nos es difícil rescatar las experiencias de las mujeres trabajadoras como protagonistas, siempre relatadas como «acompañantes” o “seguidoras” de sus compañeros varones o sólo en la retaguardia.

Rescatar las experiencias de estas mujeres es vital, porque son una verdadera escuela de lucha. Y porque aún en pleno siglo XXI, igual que nuestras madres y abuelas —y junto a ellas—, continúan luchando por los mismos derechos desde hace décadas.

Hoy las mujeres de Panrico, como las de Coca Cola y ahora las de Telefónica-Movistar están escribiendo páginas enteras en la historia de la clase trabajadora, haciendo honor a las experiencias pasadas de trabajadoras que han estado a la vanguardia desde las primeras huelgas bajo el Franquismo y la Transición. Treinta años más tarde, estas luchadoras continúan su legado.

Las mujeres de Panrico, siendo casi unas niñas, salieron de sus hogares para ir a la fábrica y dejar su vida en ella. Décadas después, salieron de la cadena de producción para ir a la huelga. Una huelga de ocho meses, la más larga de Catalunya desde la Transición, que se enfrentó a gigantes: la patronal, el Gobierno y la burocracia sindical.

Las mujeres fueron el principal motor de la caja de resistencia: montaron mercados para vender sus artesanías, fueron a las universidades a difundir su lucha para recoger dinero.

Fueron la principal custodia del campamento en la puerta de la fábrica, en los piquetes día y noche, en los enfrentamientos a la represión policial.

«Las mujeres hemos salido a pelear, a parar camiones, a enfrentarnos con quien sea, hemos estado haciendo trabajos manuales, hemos estado cuidando la fábrica durante muchas horas. Yo creo que lo hemos hecho todo», nos decía Maribel.

Pero a la vez, lucharon por el derecho al aborto al grito de «Nosotras parimos, nosotras producimos, nosotras decidimos». Participaron en las manifestaciones contra la violencia de género. Con gran valentía se hicieron presentes en las manifestaciones del 8 de marzo.

Así lo recuerda Ana, «Además del 0_0, [0 recortes, 0 despidos] estábamos donde podíamos y en sitios que nos sentíamos identificadas, como la manifestación del 8 de marzo ¡que fue inolvidable y espectacular! Porque las mujeres trabajadoras somos las que tendríamos que salir más a la calle a luchar contra la violencia machista y a favor del aborto ¡Porque nadie debe decidir por nosotras!»

Además supieron romper la invisibilidad y realizar «tareas sólo de hombres» como dar charlas, salir en los medios de comunicación e intervenir eficazmente en las asambleas. Hasta difundieron a través de un video una campaña contra la fracasada ley contra el derecho al aborto del PP.

Al día de hoy, las mujeres de Panrico siguen siendo las heroínas cotidianas de la lucha contra los efectos de la crisis. Continúan participando de las manifestaciones, apoyando las luchas obreras y difundiendo su gran experiencia. Así lo dijo Luisi, trabajadora despedida de Panrico, en la asamblea de los trabajadores de Movistar, «Estamos aquí para brindar nuestro apoyo y explicar nuestra experiencia para vuestra huelga. Pero también para que la patronal y la burocracia sindical vean que ¡no estamos muertos!, que los trabajadores y las trabajadoras de Panrico seguimos vivos, seguimos luchando».

Otra lucha ejemplar y que aún continúa es la de Coca Cola contra el cierre de la fábrica de Fuenlabrada de Madrid. Una lucha durísima contra una multinacional rabiosa que no acata ni siquiera la sentencia judicial que anula el ERE y dictamina la readmisión de todos los trabajadores.

Y allí estuvieron las «espartanas», esas mujeres trabajadoras o familiares de trabajadores que con gorras rojas fueron verdaderas protagonistas de una lucha ejemplar. Ellas junto a los «espartanos», durante más de un año realizaron huelga, boicot, movilizaciones y cientos de actividades solidarias con otras luchas.

En una conmovedora entrevista a Gema, esposa de un trabajador y luchadora incansable, explicaba cómo se organizaban las mujeres: «Total, ha sido total. Ahora tenemos un grupo de whatsapp de las mujeres, hijas y hermanas. Cuando vas a las manifestaciones o al campamento conoces más o menos a los de siempre, pero hay muchas mujeres detrás, que están ahí, y que a veces no nos veíamos las caras, porque no coincidíamos, porque todas trabajan. Ahora hemos hecho este grupo y hablamos todo el día, de cómo se siente una, para darse apoyo. Si una tiene el día más bajo, pues nos apoyamos entre todas, muchísimo, ya somos una piña”.

La hermandad con las trabajadoras de Panrico también sentó un precedente de coordinación, en el que las mujeres jugaron un importante rol. El primer paso fue la realización de un importante encuentro en Madrid. Las mujeres de Coca Cola buscaron coordinarse con todas las luchas en curso: “Panrico fue la primera que conocimos, aunque ya llevábamos un tiempo en lucha, pero ellos nos guiaron en organización, en todo. Ahora con los de Madrid Río también. Y después realmente hemos estado en muchísimos lugares».

Con una gran pancarta: «Mujeres trabajadoras, libres y luchadoras» las espartanas de Coca Cola, al igual que las de Panrico también salieron a las calles el 8 de marzo. Todo un hito que está marcando un antes y un después en las luchas de las mujeres por sus derechos con una nueva protagonista invisible en las calles, silenciada por la explotación laboral y por las direcciones sindicales: la mujer trabajadora.

Hace casi un mes, se ve en las calles la «marea azul». En esa nueva marea se pueden ver las mujeres ’técnicas’ de Movistar de la ’revolución de las escaleras’, tras una huelga indefinida contra una multinacional imperialista, que cuenta con un 20% de mujeres técnicas. El número es aún menor en las contratas y subcontratas. Ellas sufren las consecuencias de una privatización de Telefónica ejecutada bajo el gobierno de Felipe González, tras la cual se eliminaron puestos de trabajo y se precarizaron las condiciones laborales.

Sin embargo, que sean pocas no impide que sean visibles. Están yendo a las universidades a fomentar la caja de resistencia, participan en las asambleas, en las manifestaciones y en las charlas. Y son conmovedoras sus relatos sobre cómo están viviendo esta huelga como mujeres.

Tres experiencias, tres luchas que demuestran que la clase trabajadora puede movilizarse y responder a los grandes problemas que sufren la mayoría de las mujeres: las trabajadoras, inmigrantes, jóvenes y precarias.

Para las mujeres de Pan y Rosas la tarea de rescatar las experiencias de las mujeres trabajadoras es una tarea consciente y constante en la lucha contra la explotación y opresión de esa alianza criminal entre capitalismo y patriarcado.

Una tarea que los sindicatos mayoritarios abandonaron y que el movimiento feminista y de mujeres tiene el reto de recuperar. Porque el terreno de batalla de la lucha de género, es un terreno en la lucha de clases, para desde ahí recuperar y luchar por los derechos perdidos y por ganar. Y es en el terreno de la lucha de clases que las mujeres de Panrico, y Coca Cola hicieron escuela.

Así lo vivía Gema, “Sí, es fundamental, y además todos lo dicen. Yo me acuerdo mucho además de lo que nos hicisteis conocer vosotras: si se puede, si una mujer avanza ningún hombre retrocede. Y es lo que hemos descubierto, que es así, que es verdad.”

También Luisi, de Panrico, nos decía: Porque como mujeres apoyamos todas las cosas que nos afectan a nosotras, en este caso contra la Ley nueva de Gallardón, teníamos que ser parte. El ocho de marzo, fue algo muy grande, no solamente a mí, sino a la mayoría de mis compañeras nos ha marcado por la situación de que estábamos en la lucha. También al estar con vosotras, eso te involucra todavía más porque aprendes cosas que, las tenías ahí, que no las sabías siquiera y las hemos aprendido con vosotras, con Pan y Rosas.

Por un Primero de Mayo de lucha de toda la clase obrera: ¡Abran paso a las mujeres trabajadoras!

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Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona