Francia: clara derrota del PS de Hollande y victoria de la “República”

Se realizó este domingo la segunda vuelta de las elecciones departamentales en Francia. Como resultado, se produjo una clara derrota de los socialistas, frente al triunfo de la derecha de la UMP de Sarkozy.

Vengan de donde vengan, y por más que le den contenidos diferentes, el primer ministro Valls, Sarkozy, Le Pen e incluso Mélenchon, absolutamente todos terminaron sus discursos con declaraciones de amor a la “República” y a la “patria”.

En todo caso, esta segunda vuelta confirma las tendencias que se despejaban en la noche del primer turno el último 22 de marzo: la alianza de la derecha UMP-UDI controla ahora dos tercios de los departamentos franceses. Solo el sudeste queda en manos del PS que, hecho altamente simbólico, pierde los feudos electorales de Hollande y Valls. De hecho, tanto uno como el otro tuvieron que reconocer una derrota sin equívoco. Sin embargo, en boca del primer secretario del PS el partido gobernante declaraba que hubo “un retroceso en la implantación local [del PS] sin que esto implique que [las elecciones] fueran una debacle total”.

La extensión territorial de la influencia del Frente Nacional de Marine Le Pen se confirma también a través de elevados resultados electorales, sin que el FN logre superar sus propias contradicciones ligadas al funcionamiento del régimen político francés. De los 2000 cantones que estaban en juego este domingo, a pesar de su resultado de 25% de los votos en el primer turno, el FN solo conquista cincuenta cantones. No logró ganar ningún departamento en el segundo turno.

Una de las principales lecciones de estas elecciones es que, por más que el más beneficiado haya sido la UMP, el orden y el régimen republicanos, así como su nueva estructuración tripartidista, se ven reforzados.

Sin el impacto de los atentados de enero y su instrumentalización a través del “espíritu del 11 de enero” que permitió operar una triple operación de refuerzo de la mayoría gubernamental, del ejecutivo y del régimen bajo el lema de la unidad nacional, seguramente Hollande y Valls hubieran sufrido una derrota mucho más dura.

Pero, sin hablar de “pasokización”, esta derrota del PS, la cuarta al hilo desde el 2012, es un testimonio de la inestabilidad de la “base electoral de izquierda” que se movilizó temporariamente alrededor de la onda expansiva del espíritu del 11 de enero. La fragmentación electoral de la izquierda gubernamental (o que aspira a serlo) permitió limitar del desgaste pero no fue suficiente para obtener victorias electorales.

En cuanto a la derecha, la UMP sale ganadora. Pero Sarkozy por más que declare “la alternancia está en marcha y nada la va a parar”, la verdad es que la lucha interna de jefes sigue causándole desgastes a este partido.

Por fin, a la izquierda del PS, Mélenchon llama, apoyándose en los 11% que el Front de Gauche obtuvo en la primera vuelta, a la constitución de una “nueva alianza popular independiente del PS” en el momento mismo en que los “disidentes” del PS proponen un “contrato de reagrupamiento” y en donde los ecologistas no saben si van a acabar reintegrando el gobierno o construir una mayoría rosa-roja-verde renovada. No hay ninguna duda de que la “izquierda de la izquierda”, en crisis, conocerá recomposiciones en el próximo periodo o en todo casa de acá a las elecciones regionales de diciembre próximo.

Más allá de estos resultados y declaraciones una cosa está clara: Valls no parece vislumbrar ningún cambio de rumbo de su gobierno de combate anti-obrero y antisocial. Tal vez comprendió su verdadera base es justamente el régimen republicano y la burguesía cuyos intereses su gobierno defiende sin ningún escrúpulo.

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Emmanuel Barot | CCR del NPA, Francia