El nuevo ministro de Interior del gobierno de Syriza y la “obediencia debida” de la Policía

El nuevo ministro de Interior griego, Nikos Voutsis, dijo este miércoles que el Gobierno de Syriza no será “revanchista” con la Policía, sino que «respetará» su trabajo. «Vuestra confrontación con la gente en las manifestaciones ha generado una impresión de autoritarismo. Se trataba de directivas políticas y no de vuestra iniciativa», dijo Voutsis a los policías, exonerándolos así de su función represiva por “obediencia debida”.

Voutsis hizo estas declaraciones dirigiéndose al cuerpo de Policía, al tomar posesión de la cartera de Interior, Orden Público y Reconstrucción Administrativa, según reza su nombre.

El ministro sostuvo que en tiempos de empobrecimiento de una sociedad crece la violencia y, con ello, también «la tentación de aplicar la ley de jungla». «Vosotros estáis llamados a impedirlo», pidió a los policías.

Los medios de prensa consultaron al Voutsis si los policías irían desarmados en las manifestaciones, a lo que Voutsis respondió que el marco legislativo en vigor desde 1996 recoge que los policías que se encuentren en manifestaciones o custodiando estadios deportivos no irán armados y que está de acuerdo en ese punto.

Para Voutsis el objetivo primordial del Gobierno de Syriza es hacer frente a la «crisis humanitaria» y aseguró que todos los funcionarios que dependen del ministerio, «independientemente de su orientación política, pueden contribuir» a la tarea.

Una institución reaccionaria repleta de nazis de Aurora Dorada

La alusión de Voutsis a la “orientación política” de los funcionarios que dependen de su ministerio, lo cual incluye a todo el cuerpo policial, no es un aspecto irrelevante. Según estimaciones de medios de prensa griegos, en las elecciones de mayo de 2012, uno de cada dos policías de Atenas, votó al partido neonazi Aurora Dorada.

Jasanis y Tursunidis, dos activistas griegos que visitaron el Estado español, aseguraban en una entrevista publicada por Diagonal a principios de 2013, que «El único apoyo de Aurora Dorada en las calles es la policía».

En septiembre de 2013, un importante número de altos cargos de la Policía griega fueron apartados de sus responsabilidades o transferidos a otros puestos por sus presuntas relaciones con Aurora Dorada o por negligencias en su represión de acciones violentas de este partido neonazi. Sin embargo, esta “depuración” cosmética de algunos altos cargos, preservó la totalidad del aparato represivo de la policía griega.

En abril de 2014, Amnistía Internacional (AI) reveló en un informe las relaciones entre la Policía griega y el partido neonazi Amanecer Dorado (AD), al mismo tiempo que denunció que los agentes violan de manera persistente los derechos humanos de manifestantes e inmigrantes.
«Nuestra investigación muestra que la relación con Amanecer Dorado es solo la punta del iceberg. El racismo, el uso excesivo de la fuerza y la impunidad son una plaga en la Policía griega», afirmó AI en uncomunicado difundido entonces.

En el mismo informe, AI acusa a las autoridades griegas de no obligar a los policías a rendir cuentas de no llevar a cabo investigaciones sobre las denuncias de las víctimas de estos abusos. «Hasta ahora los Gobiernos griegos no han reconocido, y mucho menos abordado, estas violaciones de los derechos humanos por parte de la Policía», afirmó el director adjunto del programa de Europa y Asia Central de AI, Jezerca Tigani.

La policía griega tiene una larga tradición fascista y represiva, que se remonta a los tiempos de la dictadura de los coroneles. Desde el inicio de la crisis capitalista en 2008, Grecia ha vivido más de treinta huelgas generales, junto a infinidad de movilizaciones y luchas desde el año 2010, cuando se hundió su economía.

En todas y cada una de estas acciones de protesta de los trabajadores, la juventud y el pueblo griegos, la respuesta represivadel Estado y la policía ha sido brutal.

Pero no solo contra las manifestaciones de trabajadores y jóvenes. La policía griega, especialmente la de la región del Ática, se ha destacado por su xenofobia y la persecución a los inmigrantes.

Un video de 2012 difundido viralmente en las redes sociales, muestra la brutal paliza a un inmigrante por la Policía, que lejos de ser un caso aislado, es una constante que se suma a los brutales ataques de las bandas neonazis de Aurora Dorada contra los inmigrantes, romaníes y otras minorías perseguidas en Grecia.

Este brutal aparato represivo, con relaciones orgánicas con los neonazis, está desde la mañana del miércoles a cargo del nuevo ministro de Syriza.

En las horas previas a su investidura como nuevo ministro de Interior del gobierno de Syriza, Nikos Voutsis se hizo conocido en las redes sociales y la prensa mundial, por una foto en la que se lo ve siendo empujado por varios policías antidisturbios que reprimían una manifestación en Grecia.

También se difundió un video, en el que se ve a Voutsis empujado por los antidisturbios, durante una manifestación de trabajadores de la televisión estatal griega, que el Gobierno conservador acabó cerrando.

 

El video, Voutsis aparece en primera línea, junto a otros militantes y dirigentes de Syriza y el EKK (partido comunista griego), mostrando su acreditación parlamentaria mientras grita a la policía: «Ustedes no tienen derecho a hacer esto».

Muchos seguidores y simpatizantes de Syriza difundieron la imagen y el video en los últimos días, ilusionados de que el nuevo ministro del Interior iría a “meter caña” contra la odiada policía griega. Pero posiblemente hoy se hayan visto desilusionados. Un sentimiento que también inundó a muchos cuando se conoció elhttp://www.laizquierdadiario.com/Sy…acuerdo de Tsipras con los derechistas y xenófobos Griegos Independientes (ANEL), a quienes les dieron nada menos que el ministerio de Defensa, o sea, la dirección de las fuerzas armadas.

Aunque tras las declaraciones y el tono justificatorio de las palabras de Voutsis, defendiendo la “obediencia debida” de los policías al reprimir las manifestaciones, quienes si deben haber recuperado la “ilusión” deben ser los propios policías griegos.

La política de Syriza y su ministro del interior frente a la policía, muestra los límites insalvables de toda política “reformista” o “progresista”, que a pesar de repudiar la represión, e incluso de reconocer la descomposición y autonomización de los cuerpos policiales -que en el caso griego es pasmosa, no sólo por las denuncias de connivencia con los neonazis, sino por la corrupción y su relación con el crimen organizado-, no atinan a responder ellos el problema de raíz.

Su respuesta es una suerte de garantismo, de hacer cumplir las leyes. Aunque en el caso griego, al menos por las primeras declaraciones de Voutsis, con una alta dosis de doble discurso: la referencia a la “impresión de autoritarismo” y la defensa de la “obediencia debida” de los cuerpos policiales, depositando toda la responsabilidad en las órdenes del gobierno conservador saliente, así como las palabras conciliadoras de que no habrá “revanchismo”… todo suena demasiado a impunidad.

La represión policial no es un problema de mandos, ni de “políticas democráticas”, ni de «la tentación de aplicar la ley de jungla», sino de la persistencia del capitalismo. Los trabajadores, la juventud, los inmigrantes y el pueblo pobre de Grecia, incluso con un gobierno de Syriza, inevitablemente deberán continuar enfrentando a las fuerzas represivas del Estado en la lucha por su derecho a la existencia.

No hay solución de fondo en los marcos del capitalismo y sus instituciones, sino mediante la disolución de la policía y de todas las fuerzas represivas. Una perspectiva que, en última instancia, no puede estar separada de la lucha por acabar con este régimen social y su estado.