La “gran y única” coalición contra EI querida por Hollande comenzó mal

Las tensiones entre Turquía y Rusia alrededor del conflicto Siro llegaron a una cima con la caída de un avión ruso por parte de las fuerzas turcas. Mientras unos y otros disputan la interpretación de los hechos, las tensiones entre estas dos naciones son reales y amenazan liquidar la coalición amplia y común contra el Estado Islámico (EI) querida por Hollande, antes de que esta se haya formado.

La ira rusa contra Turquía acusada de sostener a EI

La caída de un avión ruso en la frontera entre Siria y Turquía pone a la guerra por procuración en Siria en un pico de tensión. La cólera de Putin era palpable: durante una reunión con el rey de Jordania Abdalá II en Sochi, en el mar Negro, Putin repitió en dos ocasiones que el derribo del avión ruso había sido “un ataque por la espalda” y calificó a sus autores de “cómplices del terrorismo”.

El presidente ruso se extendió en consideraciones sobre la financiación del ISIS gracias al contrabando de petróleo desde Siria a Turquía. Hacia el territorio de Turquía, dijo, se dirige una gran cantidad de crudo y productos petroleros de los territorios ocupados por el ISIS. Ese comercio supone una “gran inyección de dinero” para las “bandas”, planteó. Pero “ahora encima nos atacan por la espalda, a nuestros aviones, que luchan contra el terrorismo, y esto cuando hemos firmado con los norteamericanos un acuerdo para evitar incidentes en el aire y Turquía está entre los que se supone que luchan contra el terrorismo en el marco de la coalición americana”, sentenció.

Los motivos y resquemores de Turquía

No es un secreto para nadie que Turquía esta crecientemente incomoda con los avances de las fuerzas kurdas en Siria y que la coalición occidental se apoya más que nunca en ellas para combatir al EI, con el apoyo tácito de Rusia. Mientras las fuerzas occidentales y Rusia podrían acelerar los bombardeos sobre EI, sobre el terreno, a nivel operativo, la mayor parte del esfuerzo militar propuesto debería corresponder a las tropas kurdas del YPG, la rama siria del PKK. Tomemos en cuenta que el sector más avanzado de las fuerzas kurdas está a 25 km de Raqqa, donde se concentran los bombardeos de Francia y Rusia el último tiempo. No hay dudas que apoyadas por estos bombardeos, las fuerzas kurdas podrían alcanzar esta ciudad, sin embargo la duda que se abre: ¿será capaz una organización kurda de controlar una ciudad árabe? Para Hollande, desesperado en buscar éxitos rápidos, esta sería la forma de repetir en Siria los avances kurdos, con apoyo de entrenamiento francés, en Irak. Allí, estos son realizados por los peshmergas de Massoud Barzani, el presidente del Kurdistán autónomo iraquí, una fuerza más conservadora.

Junto con esta tensión, otro foco está en puerta: la batalla por Aleppo, específicamente entre rusos y turcos.Las fuerzas del gobierno sirio con cobertura aérea rusa esperan retomar los territorios estratégicos al norte de Latakia (donde está la base rusa en Siria) de la mano de los rebeldes, que disminuyen la capacidad de Turquía para abastecer a los grupos extremistas. Precisamente por esa razón, Turquía está haciendo todo lo posible para poner fin a las operaciones militares rusas y sirias en la región. Tanto Damasco y Ankara están en una carrera contra el tiempo ya que se espera un alto el fuego en las próximas semanas y el control del territorio se convierte en un fuerte elemento de negociación cuando el proceso de paz que lleva a la transición en Siria se pone en marcha en enero, según lo acordado en Viena.

Erdogan busca el apoyo de EEUU y la UE

El viernes pasado las fuerzas turcas habían amenazado a los rusos de “serias consecuencias” si no paraban sus vuelos cerca de la frontera. La acción de este lunes aparecería en este marco como un movimiento deliberado. Tomando en cuenta que durante su debilitamiento interno las fuerzas rusas cambiaron el tablero del conflicto en Siria, Erdogan ahora refortalecido internamente intenta proyectarse a nivel externo. Las demandas de Ankara contra la permanencia de Assad han subido de tono. Pero detrás de esto podría haber incluso una movida estratégica: la presión a que Estados Unidos se comprometa a establecer una zona de exclusión aérea en el norte de Siria.

La necesidad de sellar las fronteras con Siria es vociferada por Turquía cada vez más como una necesidad para resolver el conflicto sirio. Hoy esta demanda fue sostenida por Obama en la Conferencia de prensa con Hollande en Washington. Si Ankara tiene éxito en convencer a Estados Unidos de esta demanda sería un duro revés para las fuerzas militares sirias, los rusos y las fuerzas aliadas como Hezbollah que apoyan al régimen de Damasco.

En este contexto, la acción del martes podría tener este objetivo y transformar las tensiones entre Rusia y Turquía en un conflicto o roce con la OTAN. A su vez, Erdogan también está sacando provecho de la crisis de refugiados que azota a Europa. En el marco de los ataques terroristas en París, hay un pánico generalizado en los gobiernos europeos que dar asilo a los refugiados del mundo musulmán será equivalente a abrir las puertas a los terroristas. La Unión Europea necesita que Turquía detenga de alguna manera el flujo de refugiados que se dirigen a Europa. Un diplomático alemán recientemente confesó: «Estamos convencidos de que a principios de 2015, se ha producido una decisión voluntaria del gobierno turco para que los refugiados vayan a Europa”.

El sistema de visados Schengen se está desmoronando. La UE ha ofrecido a Turquía 3000 millones de euros como incentivo para no alentar a los refugiados sirios a pasar hacia Europa. La creación de esta zona de exclusión aérea propuesta por Ankara podría pragmáticamente convenirle. Erdogan estaría de esta manera buscando manipular los temores y debilidades de los principales imperialismos en su provecho.

Es que detrás de estas medidas que puede presentar como humanitarias, el sultán de Ankara busca a avanzar en sus ambiciones territoriales en Siria, considerando que la balcanización de éste país es inevitable. En conclusión, los objetivos de Turquía serán un hueso duro de roer en la mentada “gran y única” coalición internacional buscada por Hollande.

Washington se endurece con Moscú

La realidad es que en su Conferencia en Washington se notó por otra parte un clima más duro contra Rusia que en los días pasados en París. Es que EEUU es consciente que una alianza con Moscú amenaza con derribar las sanciones derivadas del conflicto en Ucrania con la UE, como internamente en Francia ya vociferan varios Republicanos, el partido de Sarkozy. EEUU parecería no estar dispuesto a eso y Hollande una vez más se amoldaría a los norteamericanos en contra de su plan inicial. Ahora, el objetivo de la visita de Hollande el próximo jueves en Moscú ha cambiado: el presidente francés deberá convencer a Rusia para centrarse en la lucha contra el Daesh … y ya no más intentar hacer de Putin un socio privilegiado.

La perspectiva de congeniar los intereses de las grandes potencias, los actores regionales como Turquía, Irán y Arabia Saudita y los actores en el terreno sirio propiamente dicho, se vuelve un duro rompecabezas de difícil resolución que solamente pueden dificultar de más en más la resolución del conflicto sirio.

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