Religión en la escuela, educación decimonónica para el siglo XXI

La Ley Wert repone la educación religiosa en las escuelas. Hace pocos días el BOE nos “ilustró” con el contenido curricular de la materia religión preparado por los jerarcas de la iglesia. Otro avance más del Gobierno y la Iglesia sobre los derechos sociales.

Unos días antes anunciaron su intención de restringir la ley del aborto. Seguramente, esto es solo el principio de la reacción ideológica del catolicismo más rancio.

Hay que destacar que la materia ha de ser ofrecida por todos los centros
obligatoriamente. Es decir, del erario público saldrá el dinero para pagar esas horas de “clase”. Si bien los alumnos pueden optar por no cursar dicha materia, aquellos que opten por hacerla serán evaluados y la nota que obtengan pesará en la media final de todo el curso.

La Iglesia católica española pretende superar la crisis que hay de sacerdocio, imponiéndonos el catecismo en las escuelas. Cada vez hay menos sacerdotes en las iglesias y la media supera los 64 años. Hay un enorme abismo entre la juventud española y la Iglesia casi insalvable. La curia y el Gobierno tratan de superarlo imponiéndonos el catecismo en clase.

Catecismo puro y duro

Con una somera lectura del “currículo” de religión cualquier persona, por poco avispada que sea, se dará cuenta de cómo la ideología católica emana en cualquier párrafo. No podía ser de otra manera. Veamos algunas muestras de cómo se nos impone la catequesis:

1) “Valora y agradece que Dios le ha creado para ser feliz”. Esta es una de las piedras angulares del catecismo.

2) “Expresa, oral y gestualmente, de forma sencilla, la gratitud a Dios por su amistad”. Esta frase es un eufemismo para que introducir las oraciones y rezar en las escuelas.

3) “Conoce el relato del nacimiento de Jesús y descubre en la actitud y palabras de los personajes el valor profundo de la Navidad”.

4) “Lee, identifica y explica con sus palabras las consecuencias del rechazo de Adán y Eva al don de Dios, descritas en el relato bíblico.” Con esto la Iglesia justifica que todos los seres humanos somos pecadores y que debemos “lavar” el pecado originario.

5) “Califica el tipo de pecado en situaciones de su entorno y las compara con las encontradas en los relatos de las religiones antiguas”

6) “Investiga y recoge acontecimientos de la historia donde se aprecia que el hecho religioso ha sido el motor de cambios para potenciar los derechos humanos, la convivencia, el progreso y la paz” Quizás se refiera a la Santa Inquisición, a las Cruzadas o al evangelio que acompañó a quienes colonizaron salvajemente América.
Insisto, leyendo la currícula que ha preparado la jerarquía de la Iglesia Católica, se puede decir sin error alguno, que han preparado un curso de catecismo.

¿Separación de la Iglesia y el Estado?

Supuestamente, el Estado Español es aconfesional y como tal debería ser equidistante de las ideas religiosas. Es decir, que ello pertenece al ámbito de cada persona y sus creencias. Sin embargo, lejos está de esa actitud. El Estado Español, ya sea con gobierno del PSOE o conservadores, siempre sostuvo económicamente la educación concertada de los centros religiosos. Incluso favorece a la jerarquía evitando que paguen el IVA o el IBI de los bienes eclesiásticos, financiando indirectamente a la jerarquía católica. Algo que es sumamente repugnante cuando pensamos que Rouco Varela tiene un “pisito” de 1,4 millones de euros.

En la misma Constitución Española se garantiza “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones” en el artículo 27.3. Sin duda alguna que la Iglesia Católica goza de enormes beneficios por parte de éste “Estado aconfesional”.

Ideología del SXIX para el capitalismo del SXXI

La materia Religión es el primer paso para que el catecismo vuelva a las escuelas públicas. Si la Iglesia Católica quiere impartir su explicación del mundo, que se organice con sus propios recursos para hacerlo en sus dependencias. Pero lo que no es aceptable de ninguna manera, es que la Iglesia imponga su reaccionaria ideología a todos, y pagada por todos.

La gran Revolución Francesa de 1789 impuso la separación entre el Estado y la Iglesia. La Constitución española del 78 y los acuerdos con el Vaticano preservan, con idas y venidas, la educación religiosa en el ámbito público.

En el Estado Español aún está sin resolver la separación de la Iglesia respecto del Estado. Hace unos siglos atrás, la “Santa Inquisición” representaba un doble estado. En el SXXI la reaccionaria Iglesia Católica actúa como fuerza ideológica reaccionaria para preservar la dominación capitalista. Al fin y al cabo, la Iglesia también dispone de acciones en las grandes empresas capitalistas.

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