¿Hacia el fin del bipartidismo?

En 10 días se efectuarán las elecciones municipales (y autonómicas) en el año más electoral desde la caída del franquismo. Quizás no sean tan importantes como las municipales de 1931 que derivó en la II República. Aún así parece que se convertirán en un hito destacado ya que las encuestas pronostican la caída en picado del PP y del PSOE.

El ascenso de Podemos y Ciudadanos

Las elecciones europeas han anticipado la aparición de Podemos en el escenario político. Las andaluzas lo han confirmado y también han enseñado el surgimiento de otra fuerza política, Ciudadanos, más volcada hacia el centro derecha. La última encuesta del CIS confirma la evolución de estas nuevas fuerzas políticas, que aunque en el caso de Podemos cae de lo que tenía hace unos meses, han venido para quedarse.

Si bien aún no desplazan a los dos partidos del Régimen del ’78, la existencia de Podemos y Ciudadanos demuestra un fuerte desgaste del PP y PSOE. La enorme cantidad de casos de corrupción junto con los duros ataques a las conquistas sociales realizados por Zapatero antes y Rajoy ahora están pasando factura por parte de su electorado.

Ciudadanos sube con el desgaste del PP y Podemos hace lo mismo respecto del PSOE. Expresan una polarización social relativa a izquierda y derecha. Podemos recoge una parte de su capital político de lo que fue el 15M y los Indignados. Aunque con un programa moderado que no atenta contra el Régimen. Ciudadanos calca el programa del PP y aprovecha sus “manos limpias” para atraer votos.

Consistorios y parlamentos irreconocibles

Las encuestas demuestran que los municipios más importantes y las comunidades autónomas deberán ser gobernados a través de alianzas y pactos. El PP perdería la mayoría absoluta en casi todas las comunidades donde gobierna, salvo en Castilla y la Mancha. Además, dejaría de ser la fuerza más votada en Extremadura.

El Ayuntamiento de Madrid deberá apoyarse de algún tipo de acuerdo para poder nombrar al nuevo responsable. El PP pierde su mayoría y Ahora Madrid será segunda fuerza. En Barcelona habría un cataclismo político: ni el PSC ni CiU serán primera fuerza, Barcelona en Comú ocuparía su lugar. En Valencia el PP cae en picado. Lo común es la caída en picado del PP y el mantenimiento del PSOE en mínimos.
Lo distintivo de la nueva realidad política será, en primer lugar, una gran fragmentación con consistorios y parlamentos autonómicos multicolor, y, en segundo lugar, la pérdida de peso del PP y PSOE junto al ascenso de Podemos y Ciudadanos.

¿Hacia un cuatripartidismo?

Más allá de encuestas y especulaciones, lo incierto serán las negociaciones a establecer para conformar nuevas mayorías. En Andalucía, a casi dos meses de las elecciones, aún seguimos sin saber quién le dará el apoyo a Susana Díaz para gobernar. Nadie se quiere mojar, porque un paso en falso puede arruinar el camino a La Moncloa o a algún ayuntamiento.

El Régimen del 78 ganará un poco en credibilidad, al incluir a fuerzas políticas que no están manchadas de la corrupción y que se plantean algún tipo de “regeneración democrática”, pero también gana en inestabilidad, ya que los “acuerdos” son imprevisibles.

Seguramente las próximas elecciones no harán caer a Felipe VI, pero sí que marcarán un cambio sustancial del Régimen. Algo está cambiando en la realidad social española…

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