Stalin, los delirios de Felipe González y las mentiras sobre la autodeterminación

Felipe González -el expresidente español del PSOE- hizo delirantes declaraciones comparando la autodeterminación con el gulag de Stalin.

A dos días de las elecciones batalanas del 27S, y en el marco de una ofensiva de los centralistas españoles, tanto en la arena interna, como en la arena internacional, el histórico dirigente y expresidente Felipe González rompe intervino en un mitin en Cataluña. Su polémica declaración se ha viralizado en las redes, siendo tendencia mundial en Twitter.

Por qué y para qué Felipe González visita Cataluña

González ha viajado a Cataluña para tomar la palabra en el acto del Partido Socialista de Cataluña (PSC) en La Farga de L’Hospitalet, el mismo lugar donde «Junts pel Sí»-candidatura conjunta liderada por el Presidente de la Generalitat Artur Mas- celebró el acto central de campaña el pasado sábado 19. De los parlamentos participaron, aparte de Felipe González y Pedro Sánchez por el aparato estatal del Partido Socialista, el candidato catalán Miquel Iceta y la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín.

Felipe González en sus delirios, comparó a Mas con el presidente de Venezuela, Maduro. Pero si esto no es lo suficientemente surrealista, también se refirió al proceso catalán, haciendo una similitud con las deportaciones a Siberia lo que vendió como «el proceso de autodeterminación de los pueblos de la URSS».

Pero los delirios de González no están producidos por la decrepitud senil como muchos señalan, sino que están fríamente calculados para hacer daño a lo que él y su clase temen: que los pueblos se autodeterminen. O como decía el viejo revolucionario León Trotsky para definir qué es una revolución, que las masas tomen las riendas de sus propios destinos.

Por otro lado, se puede dar la licencia para tener ese estilo tan brutal y directo, ya que si bien es un activo de su partido, está fuera del comercio de las candidaturas próximas o futuras. Por eso nos tiene acostumbrados a una la larga lista de declaraciones de este tenor. A finales de agosto ya había comparado la independencia de Cataluña con el nazismo y el fascismo «de la Alemania e Italia de los años treinta» según sus propias palabras.

El expresidente socialista se pronunció por una reforma de la Constitución española para «garantizar el modelo territorial», sin embargo aclaró tajantemente que «no puede contemplar el pretendido derecho de la autodeterminación».

«Sólo conozco un único texto constitucional que reconocía la autodeterminación de los pueblos, el de la URSS. ¿Sabes quién lo aplicó?» según el líder socialista «Stalin, que autodeterminó a varios millones de soviéticos en Siberia», declaró en el mitin en relación al derecho a decidir.

Casi sobra responder sobre la comparación de la autodeterminación de los catalanes con el envío de ciudadanos soviéticos a los gulags, las deportaciones forzosas masivas que Stalin infringió a decenas de miles de rusos críticos con el régimen de la URSS. Sería como encontrar las similitudes entre un pelo y un huevo, tarea que le corresponde a González. Sin embargo, mas adelante nos detendremos en su frase completa.

Pero no se detuvo ahí. Como última estacada de su argumentario, por si lo anterior no convencía al interlocutor, González ha advertido también en referencia a la independencia que «lo que salga de la destrucción nos llevará de nuevo a pedir ’libertad, amnistía y estatuto de autonomía», haciendo alusión al lema de la Asamblea de Cataluña del año 1976, en la transición del franquismo a la democracia. Azuzando el fantasma de un nuevo periodo de dictadura y de pérdida de derechos, si los catalanes insisten con querer decidir su relación con el Estado español.

Mentiras a medias

Sobre lo primero que afirma González, de que la única constitución que reconocía el derecho de autodeterminación de los pueblos era la del Estado que se había conformado después de la revolución de 1917, es un hecho cierto. Pero esto sólo demuestra que los trabajadores hechos con el poder son los únicos que no tienen interés en explotar y oprimir a otros pueblos, tanto dentro como fuera de las fronteras heredadas por la antigua clase dominante derrotada, como sí tienen todas las burguesías del mundo. Por esto mismo ninguna constitución lo contempla.

Sin embargo, le atribuye su aplicación Stalin y la quiere asimilar con su contrario, esto es la brutal política contra toda oposición, que además de las deportaciones, contaba con persecuciones, fusilamientos, asesinatos y largos periodos de cárcel.

La política de los bolcheviques

La política Bolchevique sobre la cuestión nacional estaba pensada para unir a los trabajadores y campesinos de todas las nacionalidades de la Rusia imperial zarista para el derrocamiento revolucionario del zar. Una vez los trabajadores en Rusia se hicieron con el poder, ofrecieron el derecho de autodeterminación a las nacionalidades que así lo considerasen, que sin embargo poco a poco en la gran mayoría de los casos decidieron permanecer unidos y participar de forma libre y voluntaria en la Federación soviética.

No así en los casos de Polonia y Finlandia que se separaron, y en ambos se constituyeron dictaduras reaccionarias hostiles al poder soviético.

Pero también estaba orientada por otra consideración. Sostenían que un pueblo que oprime a otro jamás podrá ser libre. Por lo cual era una tarea en ambos sentidos con el mismo fin, para el pueblo oprimido y expoliado y para el pueblo y los trabajadores del gobierno opresor.

La política de Stalin, opresor de los pueblos

Muerto Lenin, expulsado Trotsky -su principal opositor- y deportado después, Stalin personificó una ruptura con el leninismo -continuidad del marxismo revolucionario- en múltiples terrenos, tanto en su teoría como en su práctica. La autodeterminación de los pueblos no fue una excepción. Esto hundía sus raíces, no en las cualidades personales de Stalin o la falta de ellas, sino en el fuerte golpe que significó para la revolución el fracaso de sus intentos de triunfar en Europa. Así como su propio el atraso material y político en especial del campo y su enorme peso numérico.

De hecho uno de los primeros debates más ásperos entre Lenin y Stalin es sobre esta cuestión por su posición ’rusista’ en Georgia entre 1922 y 1923. Al que se refería en estos términos «Yo creo que en este asunto han ejercido una influencia fatal las prisas y los afanes administrativos de Stalin, así como su saña contra el decantado «social-nacionalismo». De ordinario, la saña siempre ejerce en política el peor papel.»

En los años 30 El Régimen de Stalin encarnó el regreso a la política «Gran Rusa» sobre las nacionalidades históricamente oprimidas por el zarismo, un retroceso a una de las conquistas de la revolución de octubre, la libre federación que irá restituyendo el nacionalismo ruso.

Pero las persecuciones políticas tenían en su origen el objetivo de liquidar o doblegar lo mejor de los trabajadores que se habían educado políticamente en el partido de Lenin, así como los dirigentes que habían estado a la cabeza de esta gran hazaña histórica. Sin embargo su uso posteriormente se generalizó.

Esta identificación del programa de los bolcheviques, con la persecución política que practicaba el estalinismo es claramente interesada.

Felipe González y los suyos temen que los pueblos se puedan autodeterminar, que las masas tomen las riendas de sus propios destinos. Temen que puedan encontrar en la experiencia de Rusia del 17, sin dudas las más avanzada experiencia de los trabajadores y los pueblos por liberarse de la opresión y explotación de la burguesía y su sistema irracional y profundamente injusto -el capitalismo- una experiencia en la cual inspirarse.

No porque lo segundo sea un peligro inmediato, pero sí uno que puede amenaza su existencia y la de su clase.

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