El proceso catalán de las calles a las urnas

Los partidos del Régimen firmaron un nuevo ‘pacto por la independencia’ que recorre todo el panorama electoral de Catalunya, después de haber dejado el proceso catalán en un impasse, bloqueando el desarrollo de las masivas e históricas movilizaciones.

 

La semana que viene se reunirán en Barcelona los grandes empresarios de Madrid y Catalunya. Los líderes capitalistas de Repsol, La Caixa, Gas Natural, ACS, Endesa, Acciona, Banco Sabadell, OHL, entre otros, se dieron cita para exigir a su principal invitado, el ministro de Economía Luis de Guindos, mayor contundencia legal del Gobierno para liquidar el nuevo plan de Artur Mas de declarar la independencia de Cataluña en 18 meses.

Sin embargo, a lo que realmente teme la ’casta empresarial’ no es al nuevo plan demagógico de Artur Mas y ERC (Esquerra Republicana de Catalunya). Los empresarios en sus preparativos lo expresaron muy bien: el 9N no puede volver a pasar. Ese es su temor, un proceso que continúe desarrollándose en las calles, que retome la movilización y se organice por conquistar el derecho a decidir.

Pero la ’casta política’ está yendo en el mismo sentido. La nueva ’hoja de ruta’ sigue su curso para llevar a las urnas un proceso profundo que desde hace dos años protagonizó las movilizaciones masivas e históricas por el derecho a la autodeterminación de Catalunya. Y así prepararse con las calles tranquilas para dos citas electorales: las elecciones municipales de mayo y las elecciones convocadas para el 27 de septiembre tras el nuevo pacto CiU y ERC; previamente a las elecciones generales.

En panorama electoral contiene varios frentes. En primer lugar, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana (ERC) acordaron una hoja de ruta para continuar con el proceso soberanista, junto a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y Òmnium Cultural. El pacto consiste en convocar de nuevo a las urnas el próximo 27 de septiembre para buscar una mayoría absoluta de diputados a favor de la independencia.

Según este pacto, si estas fuerzas ganaran las elecciones el 27S, prometen realizar una Constitución en un plazo de 10 meses y así darle un carácter “plebiscitario” a las elecciones autonómicas de septiembre. También se comprometen a constituir las estructuras propias de un Estado (hacienda, seguridad social, interior, etc) y nuevamente convocar elecciones para votar el proyecto de Constitución.

Estas elecciones serían en aproximadamente unos 18 meses, un largo año y medio en el que las ilusiones de los sectores populares por el derecho a decidir quedarán relegadas sin siquiera el tan prometido Referéndum que ya ni se nombra.

En este contexto, la mayoría de las encuestas hacia las elecciones municipales coinciden en que si bien CiU mantiene el liderazgo que recuperó en noviembre tras el 9-N y ERC se mantiene en segundo lugar, ambas fuerzas han retrocedido después de este nuevo pacto hacia el 27S. Sobre todo es ERC la formación que está pagando los costos políticos, descendiendo en las encuestas de intención de voto e incluso hay proyecciones que indican retirada de militantes hacia la CUP.

Su nuevo competidor es Ciutadans, que emergió con fuerza a nivel estatal y que en Catalunya podría diputar la segunda fuerza a ERC, aunque quitando la mayoría de votos al PPC (Partido Popular de Catalunya). Sin embargo la CUP es el que más crece en las encuestas dentro del bloque soberanista.

Por su parte, Podem (Podemos), que venía disputando la tercer posición, se ha estancado y varias encuestas dan cuenta de que Ciutadans viene adelantando a la nueva líder en Catalunya, Gemma Ubasart, que descendió en votos según las encuestas. Podem atrae votos sobre todo de los verdes ICV-EUiA, del PSC (Partido Socialista de Catalunya) y muy pocos de la CUP y Ciutadans.

Las CUP se está preparando para las elecciones municipales de mayo con 160 candidaturas, más del doble de las 70 que presentó en 2011, cuando logró en Catalunya más de 65.000 votos y 104 concejales. Es la fuerza del arco independentista que más ha crecido a nivel electoral.

Después del nuevo pacto por la independencia de CiU-ERC, la CUP (Candidatura de Unidad Popular), viene denunciando vagamente este acuerdo. Por un lado se mantienen en el discurso de «ruptura nacional, social y democrática» y detallan cinco condiciones «irrenunciables» para negociar cualquier pacto de gobernabilidad. Dos de las principales medidas son que el Parlament proclame la Declaración Unilateral de Independencia y un plan de emergencia social.

Sin embargo, lamentablemente la CUP está nuevamente cayendo en el juego de engaños y largos calendarios de fechas incumplidas de CiU y Artur Mas. Tras varias declaraciones en los medios, continúa la ’mano extendida’ para intentar negociar con los partidos del capital. Lejos están de una ’hoja de ruta’ que retome la movilización por una ruptura definitiva con los partidos que aplastan a la clase trabajadora con brutales recortes.

No es con CiU que se podrá llevar adelante un «plan de emergencia social». Sino con la clase trabajadora y los sectores populares.

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Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona