En la tarde del 25S, alrededor de las 19 hs. comenzaron las cargas policiales contra los miles de manifestantes que estaban reunidos rodeando el Congreso de los Diputados en Madrid. Con porrazos, pelotas de goma y un impresionante operativo represivo en el cual participaron 1400 policías de todo el Estado se respondía a la indignación de miles de jóvenes y trabajadores. Pocas horas después ya hay más de 20 detenidos y unas decenas de heridos ingresados en hospitales por la represión policial, uno de ellos con una posible lesión medular. Antes de las brutales cargas los manifestantes habían sido permanentemente hostigados por la Policía con cacheos e identificaciones, incluso deteniendo en diferentes autopistas de todo el Estado a los autobuses que se dirigían a Madrid para participar de la protesta.
Ya en los días previos se venía desplegando una campaña de persecuciones y de intimidación. En la manifestación sindical del 15S cinco personas fueron detenidas por portar una pancarta convocando al 25S. Una semana más tarde se produjeron una decena de detenciones a miembros de las plataformas y organizaciones convocantes del 25S para iniciarse en la Audiencia Nacional un proceso que les pretende acusar de un delito grave “de atentado contra las instituciones de la democracia”, punible con varios años de cárcel. También fue desalojado los días previos la “Casablanca”, un Centro Cultural donde se reunían participantes del 15M y del 25S, mientras miembros del Gobierno amenazaron con no permitir la acción de protesta. Finalmente el Congreso amaneció rodeado de vallas y miles de policías: una imagen que por sí misma muestra la verdadera cara de esta democracia para ricos.
A pesar de toda la campaña intimidatoria, varias decenas de miles de jóvenes, trabajadores e incluso familias enteras, se concentraron hoy en la Puerta del Sol y la Plaza de Neptuno intentando rodear el Congreso y expresar así su indignación con el Gobierno y el Régimen. “Que no, que no nos representan” y “Dimisión” fueron algunos de los cantos que más se escucharon esta tarde en las calles de Madrid. Mientras escribimos esta declaración, a pesar de la represión y el hostigamiento policial, varios miles de personas aún son siguen concentrándose en las afueras del Congreso de los Diputados y las calles aledañas.
1400 policías para defender una cueva de ladrones
Mientras los policías y antidisturbios de 30 de los 52 grupos existentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional venidos desde todo el Estado repartían palos y pelotas de goma, en el Congreso el portavoz del PP Alfonso Alonso, defendía la represión contra las “pretensiones de alterar la vida democrática” diciendo que “En esta Cámara hay 350 diputados que fueron elegidos por veinticinco millones de españoles que acudieron el año pasado a las urnas, y hay que respetar y preservar eso”. Además de las declaraciones indignantes de la Secretaria General María Dolores de Cospedal, que comparó cínicamente la manifestación de hoy con el golpe del 23-F.
Por su parte, el Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se pronunció contra la manifestación en la prensa, mientras su mano derecha Elena Valenciano se encargaba de recordar que “el Congreso es la representación de la soberanía popular”.
Los diputados del grupo parlamentario de la Izquierda Plural han “saludado” la protesta, incluso Cayo Lara, Coordinador General de IU ha salido a la manifestación. El diputado Gaspar Llamazares ha declarado que no sólo apoya la movilización, sino que estará con los ciudadanos: “Yo diría en vez de ’Ocupa el Congreso’, ’Libera el Congreso’, porque me siento ocupado desde dentro”, ha añadido. Unos gestos que buscan capitalizar electoralmente el malestar, pero que no pueden ocultar el compromiso histórico de su corriente política matriz, el PCE, en el nacimiento de este Régimen, ni tampoco su compromiso allí donde co-gobiernan, como Andalucía y Asturias, con las políticas de ajuste.
El Congreso de los Diputados que tanto defienden el PP y el PSOE, y también IU, lejos de ser la “representación de la soberanía popular” es una verdadera cueva de ladrones surgida del pacto con el Franquismo y la Monarquía durante la Transición, que durante décadas –con uno u otro Gobierno- ha votado leyes antiobreras y medidas de ajuste contra los trabajadores y el pueblo.
Nunca mejor dicho el canto de “no nos representan” que coreamos desde el 15M en las plazas y las manifestaciones, y que hoy suena con mucha más fuerza frente al Congreso. La “democracia” que defienden los políticos capitalistas no es más que una “democracia para los ricos”, en la mayoría del pueblo decidimos cada cierto número de años quienes serán los representantes de los capitalistas encargados de oprimir y aplastar al pueblo desde el Parlamento.
Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria sobre las ruinas del Régimen del ‘78
Con el surgimiento del 15M, cada vez más sectores de la juventud y la clase trabajadora han comenzado a cuestionar el reaccionario Régimen del ’78 nacido del pacto de la Transición entre la burocracia sindical, el PCE y el PSOE con el Franquismo, el Rey y la burguesía y sus partidos.
Un Régimen que no sólo instauró una democracia para ricos, puso como Jefe de Estado al heredero de Franco, Juan Carlos Borbón, garantizó la impunidad a los torturadores y asesinos del franquismo y negó el derecho de autodeterminación a las naciones oprimidas como Catalunya o Euskadi, sino que da vía libre a la burguesía, a los especuladores y a la banca para llevar al país a una crisis que ha arrojado a millones al paro, la pobreza y la falta de vivienda.
Ni el PSOE, ni IU, ni obviamente el PP o el Rey pueden terminar con este estado de cosas. Para acabar con este Régimen, el único camino es mediante la lucha de los trabajadores y la juventud por imponer la voluntad de millones. Hoy desde muchos sectores se habla de impulsar un nuevo “proceso constituyente”, incluso los convocantes del 25S. No podemos confiar en que éste nazca del mismo Régimen contra el que luchamos o esté tutelado por sus agentes, pues correríamos el riesgo de volver a re-editar otra “Transición” que vuelva a salvar los muebles de empresarios, banqueros y los políticos, jueces, militares y policías a su servicio. Las insinuaciones de Rubalcaba sobre una reforma constitucional o de Arthur Mas sobre su “Transición nacional” nos deben advertir de la instrumentalización a modo de desvío que estos figurones pueden llevar adelante de las justas aspiraciones democráticas.
Contra todos esos cantos de sirena debemos luchar por abrir un “proceso constituyente” sobre las ruinas del Régimen del ’78, que sea pues revolucionario. Imponer con la lucha y movilización de la clase trabajadora y los sectores populares una Asamblea Constituyente Revolucionaria que resuelva todas las tareas y demandas populares pendientes que el Gobierno de los capitalistas no está dispuesta a resolver.
Sólo así podemos garantizar un “proceso constituyente” que ponga fin a la Monarquía y disuelva la institución presidencial, el Congreso y el Senado, que logre una cámara única de representantes que fusione las tareas ejecutivas y legislativas, donde se respete la proporcionalidad del voto y todos los cargos públicos sean elegidos democráticamente entre toda la población, ganen el salario medio de un obrero y sean revocables en cualquier momento.
Un proceso que barra todas las herencias directas del Franquismo y resuelva todas las demandas democráticas insatisfechas. Que encarcele a los criminales de la Dictadura, disuelva el aparato represivo, permita el derecho de autodeterminación a las naciones oprimidas, la devolución a Marruecos y Argelia de los enclaves coloniales de Ceuta, Melilla y las islas y peñones del Estrecho, la separación de la Iglesia y el Estado, y acabe con la existencia de ciudadanos de primera y de segunda, aboliendo todas las leyes de extranjería y otorgándole todos los derechos políticos y económicos a los inmigrantes. Y sobre todo, un “proceso constituyente” que castigue a los banqueros y capitalistas que han hundido la economía del país, y avance en la expropiación de los expropiadores para garantizar el pan, la vivienda, la sanidad y la educación a la mayoría del pueblo.
Una Asamblea Constituyente Revolucionaria, la única verdaderamente democrática, no va a ser nunca permitida por ninguno de los sostenes de este Régimen, que la combatirán por todos los medios. La burguesía y sus representantes no están dispuestos a permitir que se someta a una discusión libre y soberana ninguna de estas cuestiones. Un proceso de estas características sólo podrá ser convocado tras el derrocamiento revolucionario del Régimen del ‘78 por un Gobierno de los trabajadores y los sectores populares, el único capaz de resolver todas las reivindicaciones democráticas y terminar con el capitalismo.
¡Basta de represión, persecución y criminalización de la protesta social! ¡Libertad sin cargos a todos los detenidos y detenidas del 25S! ¡Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria!
Agrupación Revolucionaria No Pasarán – Clase contra Clase
Madrid, 25 de septiembre de 2012