Este 18 de octubre los trabajadores griegos nuevamente paralizaron el país y tomaron las calles, en la quinta huelga general en lo que va del año 2012, y la segunda en las últimas 3 semanas.
La huelga ha sido impulsada por los sindicatos mayoritarios del sector privado (GSEE) y del público (ADEDY) sumándose a la convocatoria previa del PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores) dirigido por el KKE (Partido Comunista de Grecia).
La huelga ha paralizado al transporte aéreo, marítimo, ferroviario y urbano. No circularon tranvías ni trenes, mientras los trabajadores del metro realizaron paros parciales. Durante todo el día ningún barco ha zarpado de los puertos griegos, y la participación de los controladores aéreos ha obligado a cancelar decenas de vuelos y posponer otros. La huelga se ha sentido también en las escuelas, hospitales, empresas estatales y el sector bancario, así como en el cierre de centenares de pequeños comercios. Decenas de miles de personas se concentraron en Plaza Syntagma y se produjeron grandes movilizaciones en otras ciudades como Tesalonika, tan masivas como las que se realizaron en repudio a la visita de Angela Merkel, y durante la última huelga general. El gobierno de Samaras dispuso un operativo con 4.000 policías preparados para reprimir, por lo que se produjeron choques con los manifestantes, que recibieron palos y gases.
Día a día crece el desprestigio del gobierno de Samaras cuyo partido, Nueva Democracia, gobierna en coalición con el PASOK e Izquierda Democrática (DIMAR). Según las encuestas, como la de la agencia Public Issue para la televisión conservadora Sky, “el 72% de los griegos se manifiesta en contra de los acuerdos de austeridad firmados como condición al desembolso de los dos rescates financieros del país. En tan sólo un mes la cifra de helenos en contra del memorando de entendimiento entre Grecia y sus acreedores se ha elevado un 4%.” (El Mundo, 18/10/2012).
La huelga general es la respuesta a la crisis y al nuevo paquete de austeridad que la Troika ha terminado de negociar con el primer ministro Griego y que implica el recorte de otros 13.500 millones de euros. Entre las nuevas reformas se encuentra el aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años, la desaparición de las pagas extra de Navidad y Semana Santa para los trabajadores públicos, recortes en las pensiones y una propuesta de la Troika para alargar la semana laboral hasta los seis días. Quedan pendientes, por ahora, las presiones de la Troika para aplicar una nueva reforma laboral que permita el despido sin ningún tipo de indemnización, y una propuesta para despedir a otros miles de funcionarios públicos.
Con este nuevo plan de austeridad bajo el brazo, junto al informe de la Troika sobre el estado de las reformas en Grecia, Samaras se presentó este 18 de octubre en la cumbre de la Unión Europea en Bruselas, esperando así que se “destraben” otros 31.500 millones de euros que forman parte de los fondos destinados al “rescate” Griego, sólo a cambio del estricto cumplimiento de las medidas antiobreras.
Son los grandes bancos alemanes y franceses, fundamentalmente, los que motorizaron el endeudamiento Griego que llevó a la gran crisis, los que ahora presionan para que se mantengan las duras condiciones del rescate Griego. Es que los principales “rescatados” son ellos mismos como principales acreedores del estado Griego, mientras lo pagan los trabajadores y el pueblo empobrecido.
Los trabajadores Griegos vienen demostrando que mantienen gran predisposición para enfrentar al gobierno y la Troika. Pero son un gran límite las burocracias sindicales sólo llaman a medidas aisladas para presionar por moderar las medidas manteniendo los pilares de la UE, lo mismo que impulsa a nivel parlamentario la coalición reformista Syriza. Otros como el KKE impulsan una “vuelta al dracma” y devaluación, una salida favorable a otros sectores capitalistas pero no para los trabajadores.
En la cumbre de Bruselas que comienza este 18 de octubre estará presente también el próximo “rescate Español”, que supondrá nuevas reformas de austeridad y la profundización de la crisis social, con el empeoramiento de las condiciones de vida para millones. Es el mismo camino que ya están recorriendo otros países como Grecia y Portugal.
En este sentido es muy importante la convocatoria a la próxima huelga general para el 14N en el Estado Español y Portugal, junto a una jornada de lucha de los sindicatos europeos para el mismo día. Pero para que la huelga no quede en un hecho aislado, como pretenden las burocracias sindicales, es necesario prepararla con fuerza desde abajo, en cada lugar de trabajo y estudio, para que sea contundente y tenga continuidad en un plan de lucha hasta acabar con los recortes de la Troika y los gobiernos de la UE.
Contra la Europa de los capitalistas y los grandes bancos, que nos han hundido en la crisis más profunda desde los años 30, es necesario que los trabajadores y el pueblo desarrollen una respuesta generalizada, mediante la huelga general y la huelga general continental. Para derrotar los planes de “rescate” de los capitalistas, e imponer una salida obrera y popular a la crisis. Una lucha generalizada para imponer una salida obrera a la crisis, independiente de todos los sectores capitalistas, que esté ligada a la perspectiva de los Estados Unidos Socialistas de Europa.