Si el ataque contra el conjunto de la clase trabajadora viene siendo brutal, más aún lo es en los sectores más explotados y oprimidos de nuestra clase: los inmigrantes. Desde comienzos de la crisis capitalista no cesan las medidas políticas, económicas e ideológicas contra ellos, acompañadas por los efectos de la crisis que de ninguna manera son iguales a los que sufren los trabajadores nativos. Los dramáticos hechos de Isla de Tierra, -pasados al olvido por todos los medios informativos- son testigo de las relaciones de opresión y expolio que mantiene el Estado español con sus dominios coloniales. La Isla de Tierra es parte del archipiélago de las Islas Alhucemas -de soberanía española- junto a Isla de Mar y el Peñón de Alhucemas. La isla de Tierra -igual que la isla de Mar- se encuentra totalmente deshabitada y está apenas a unos 50 metros de la playa marroquí de Sfida (Ajdir). Ambas islas están cercadas con espinas de alambre desde los sucesos de la Isla de Perejil del año 2002.1
En la madrugada del pasado 4 de Septiembre, fuerzas de seguridad del Estado español y de Marruecos desembarcaron en la Isla de Tierra donde se encontraban desde el 29 de agosto casi 90 inmigrantes subsaharianos, para expulsarlos y entregar a 73 de ellos a la Gendarmería de Marruecos. Han sido “complacientes” con dos mujeres madres de dos menores y otros seis niños, -desde un bebé de 10 meses hasta un adolescente de unos 16 años- que fueron trasladados al Hospital Comarcal de Melilla. Esta “expulsión masiva” ha sido denunciada hasta por Amnistía Internacional y varios medios han denunciado abusos y malos tratos, siendo por ejemplo inmediatamente esposados y golpeados para su deportación.
Esta parece ser la mayor oleada de inmigrantes llegados a peñones e islotes de soberanía española situados en el norte de África, quienes tras su expulsión al desierto entre Marruecos y Argelia, a cientos de kilómetros de distancia, han quedado abandonados a su suerte. Más allá de las causas hipócritas anunciadas por el Gobierno -chantaje y acción orquestada por mafias, etc.- este casi centenar de personas son parte de los millones de migrantes que huyen desesperados de sus terribles condiciones de pobreza: para ellos el hambre y la miseria no tiene fronteras ni vallas, por lo que han intentado ser trasladados a Melilla o a la Península. El PSOE ha dado apoyo al Gobierno del PP en esta operación, lo cual no es de extrañar cuando el Gobierno del Zapatero ha estado en la avanzada de las reformas de Leyes de Extranjería y la extensión de los CIEs.
Un pueblo que oprime a otro pueblo nunca podrá ser libre
El racismo y la xenofobia están azotando a Europa en general y sobre todo a los países más castigados por la crisis como es Grecia o el Estado español. Se habla de la inmigración como una de las causas de la crisis: la culpa de la falta de trabajo o del “abuso de la sanidad” es de los inmigrantes. De esta manera se está aludiendo que el flujo migratorio de los sectores más oprimidos y explotados de la sociedad busca mejorar sus condiciones de vida huyendo de la pobreza de sus países de origen; pobreza causada por el expolio y la explotación de los países imperialistas. Sin embargo, es más fácil culpabilizar a las víctimas de su condición de víctimas como fundamento para las acciones y la creación de leyes e instituciones más aberrantes como son los CIEs -Centros de Internamientos para extranjeros-, la Ley de Extranjería, la restricción a derechos elementales como la Sanidad Pública y las expulsiones masivas como las de Isla de Tierra.
Es que este Régimen del 78’, entre las herencias del Franquismo mantiene su carácter colonialista. Por un lado, mantiene sus enclaves en Ceuta y Melilla, las llamadas históricamente “plazas mayores” hasta que en 1995 se transformaron en ciudades autónomas. Estas son superiores a un municipio pero inferiores a una comunidad autónoma en materia de autonomía territorial. Por otro lado, las denominadas “plazas menores” que son los pequeños islotes de la costa septentrional de África, deshabitados pero con dispositivos militares: las Islas Chafarinas, Islas de Alborán, Islas de Alhucemas, Peñón de Vélez de la Gomera. Éstas están directamente gobernadas por el Gobierno del Estado español, desde -nada más y nada menos- el año 1936 tras la guerra del Rif, es decir, cuando el 17 y 18 de julio quedan desde el primer momento en el bando de las tropas de Franco: una clara herencia del Franquismo. En el año 1956, aunque España había derogado su protectorado y reconocido la independencia de Marruecos, los islotes no se vieron afectados en su estatus, puesto que nunca formaron parte de dicho protectorado. Al día de hoy, estos islotes -a diferencia de otros como Alborán que pertenece a la provincia de Almería-, no pertenecen ni a Ceuta ni a Melilla ni a ninguna otra provincia; como se pretendía hacer en los estatutos de autonomía de 1986 tras un intento de reparto de los islotes. Por tanto, como parte del territorio del Estado español, son considerados parte también de la Unión Europea.
Mientras peleamos por la unidad del conjunto de la clase trabajadora con los sectores más oprimidos y explotados de la sociedad, es necesario luchar contra el propio Gobierno imperialista. Un pueblo que oprime a otro pueblo nunca podrá ser libre: debemos luchar contra el imperialismo español y sus multinacionales, por la retirada de las tropas en el extranjero, por la devolución de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla, por el fin de apoyo y sostén de regímenes reaccionarios como los del mundo árabe, por la entrega de las posesiones de las multinacionales españolas expoliadoras a los diferentes países donde operan como en América Latina o África.
Notas: 1 Los sucesos de la Isla de Perejil se desarrollaron en el año 2002 cuando un grupo de gendarmes marroquíes llegaron al islote, hasta que fueron desalojados por tropas españolas. La isla ha vuelto a quedar desalojada sin ningún tratado bilateral o multilateral de acuerdo sobre qué Estado tendría la soberanía sobre el islote. Esta isla que está situada en el estrecho de Gibraltar y al noroeste del núcleo urbano de la ciudad de Ceuta -también bajo soberanía española.