Este 27M, marchemos por una alternativa anticapitalista y de clase

Hace poco más de tres años las Marchas de la Dignidad inundaron Madrid con una manifestación de más de un millón de personas. Este 27M volverán a marchar sobre la capital. Aquella jornada fue un clamor contra las políticas de ajuste y recortes impuestas desde el gobierno central y las autonomías, las reformas laborales y de pensiones, el Régimen del 78 y por demandas como el no pago de la deuda.

Esta gran manifestación fue fruto de un ciclo de movilizaciones que arrancó en 2011 con el 15M y al que le siguieron las mareas, las luchas contra los desahucios, el movimiento estudiantil y grandes luchas obreras como la minera, las dos huelgas generales o conflictos como los de Panrico y Coca-Cola, que se estaban desarrollando en ese momento.

Sin embargo, y después del éxito de la manifestación del 22 de marzo de 2014, la mayoría de las organizaciones políticas y sindicales convocantes no supieron dar perspectivas para seguir ampliando la movilización. En lugar de avanzar en una lucha decidida por la huelga general y nuevas fechas de movilización, dichas organizaciones también asumieron en su mayoría el paso al ciclo electoral contribuyendo de ese modo a la ilusión de que mediante el asalto a las instituciones se podría conseguir las demandas por las que se venía luchando desde años.

La emergencia de fenómenos políticos como Podemos o las “candidaturas ciudadanas” en los meses posteriores, contribuyeron, aún más, a desactivar esta dinámica de movilización social, junto al rol profundamente desmovilizador de las direcciones sindicales de CCOO y UGT que buscaron como siempre llevar a cabo su política de diálogo social intentando negociar migajas con la patronal y el gobierno en lugar de organizar un movimiento de conjunto capaz de frenar las políticas anti sociales. Todas estas formaciones generaron una gran “ilusión” en el cambio gradual y electoral, y fueron contribuyendo al abandono de gran parte de las demandas sociales y democráticas por las que se venía peleando en las plazas y centros de estudio y trabajo.

Sin embargo, el fracaso de la hipótesis electoral de Podemos en 2016, su abierta predisposición a intentar cogobernar con el PSOE y la experiencia hecha de ya dos años con los llamados “Ayuntamientos del cambio” – que no han cambiado nada sustancial en problemas como el de la vivienda, la precariedad laboral, el paro o la grave crisis social– está haciendo que sectores cada vez más amplios de la juventud y la clase trabajadora se estén decidiendo por retomar la movilización social y luchar en las calles por conquistar parte de la “agenda” que Podemos ha intentado dejar en el cajón.

Desde la formación morada también se habla de “vuelta a las calles”, pero son palabras vacías. Su hoja de ruta sigue marcada por lograr un recambio al PP por arriba y en acuerdo con el PSOE, como muestra su apuesta por la moción de censura (inclusive si ésta es liderada por el PSOE de Sánchez) y no por impulsar la lucha de clases.

Que las Marchas de la Dignidad se estén reactivando es síntoma de este cambio. Como también lo han sido las masivas manifestaciones del 8M, las huelgas estudiantiles de este curso, conflictos como el de los estibadores, el telemarketing, las huelgas del metro de Barcelona o la de los bomberos en Málaga, la lucha de los trabajadores y trabajadoras de la hostelería de Granada, Zaragoza y otras provincias, o procesos de organización como el de las Kellys o el sindicato de manteros.

Las organizaciones políticas y activistas independientes que impulsamos No Hay Tiempo Que Perder venimos dando apoyo a estos conflictos y a la reactivación de las Marchas y estaremos presentes en la manifestación convocada para el 27M con un bloque anticapitalista y de clase, junto a distintos sectores de trabajadores, mujeres y jóvenes. Las demandas progresivas que expresan las Marchas en la convocatoria del 27M (en defensa de pensiones públicas, por el empleo y la derogación de las reformas laborales, por la libertad y amnistía de las personas presas y procesadas por luchar, por el no pago de la deuda y contra la UE y el FMI, por la defensa de los Servicios Públicos, contra la violencia machista), son para nosotros una base para avanzar hacia una lucha de conjunto contra el Gobierno, el Régimen del ’78 y el Estado capitalista. En esa perspectiva, creemos que lo ocurrido en estos tres años está cambiando el panorama de la izquierda, el activismo y los movimientos sociales, y que deja planteadas algunas lecciones que deben ser tomadas en cuenta a la hora de trabajar por reabrir un nuevo ciclo de lucha social.

En primer lugar, que la clase trabajadora intervenga en sus centros de trabajo golpeando en los núcleos de producción de las ganancias capitalistas con sus propios métodos de lucha, como la huelga, y haciendo suyas también el conjunto de las demandas de los sectores populares. Para ello, la lucha contra las políticas de las direcciones sindicales de los sindicatos mayoritarios que solo abogan por la concertación social y que se enfrentan incluso a la lucha decidida de sectores que se movilizan de manera autoorganizada debe seguir siendo una tarea central. A la vez que la necesidad de ir desarrollando un sindicalismo combativo en los centros de trabajo que ponga en el centro del tablero la cuestión de la huelga, de la unidad sindical, de las autoorganización de los y las trabajadoras mediante las Asambleas Generales y los comités de huelga así como la extensión de la lucha y la solidaridad con otros sectores sean del sindicato que sean.

La Marchas de la Dignidad y las organizaciones que las impulsamos tenemos que ser un actor clave que haga masiva la denuncia a la política de paz social y una exigencia pública a las direcciones de CCOO y UGT de que se convoquen asambleas en los centros de trabajo, se unifiquen los sectores ya en lucha y se prepare un plan de lucha que incluya una convocatoria de huelga general contra el gobierno de Rajoy y los ajustes acumulados en los últimos años.

En segundo lugar, en estos tres años ha quedado patente la impotencia de todo programa que no quiera afectar las ganancias e intereses de los grandes capitalistas. Lo vimos en Grecia, donde Syriza se negó a tomar medidas elementales que se enfrentaran a los que acumulan las riquezas como el no pago de la deuda o la nacionalización sin indemnización y bajo control de los trabajadores del sistema financiero y las grandes empresas. La renuncia a esas medidas de autodefensa elementales condujo a que hoy sea Tsipras quien esté aplicando los ajustes de la Troika que antes aprobaban Nueva Democracia y el Pasok.

En otro nivel aquí los “Ayuntamientos del cambio” son presos de esa misma lógica. Se niegan a tomar cualquier medida que se enfrente a las instituciones capitalistas y a los intereses de los que acaparan las riquezas como por ejemplo la expropiación de los pisos de la banca, romper con los contratos de las empresas externalizadas, incumplir los límites de Montoro o no pagar la deuda municipal. Es más, se jactan de haberla pagado más que nadie. La renuncia a estas medidas, justificada en la debilidad institucional, es parte de una renuncia anterior: la de no querer entender que para repartir las riquezas y para cambiar nuestras vidas no hay otra forma que enfrentándose a los privilegios de los capitalistas y que para eso es necesaria la organización y movilización sostenida de la clase trabajadora y de la juventud.

Por ello desde NHTQP consideramos clave que la movilización social levante un programa para que la crisis la paguen los capitalistas. Tenemos que dejar claro que nuestras vidas valen más que sus beneficios, y que no confiamos en ninguna política redistributiva, como la propuesta de la renta básica, sino en la defensa de medidas como el reparto de horas de trabajo sin reducción salarial hasta acabar con el paro, la anulación de todas las reformas laborales precarizadoras, el no pago de la deuda, o la nacionalización de la banca, las grandes empresas y los servicios públicos privatizados bajo control de los y las trabajadoras.

Por último, en los pasados meses hemos sido testigos de cómo desde las llamadas “fuerzas del cambio” se iba descafeinando cada vez más su propuesta contra el Régimen del 78 y la Europa del capital. Sobre el primero, se pasó de hablar de luchar por un proceso constituyente a abrir una reforma de la constitución del 78 de cinco puntos, hasta terminar casi rogando un gobierno de coalición con los social-liberales de Pedro Sánchez. Sobre la segunda, las propuestas no pasan de una tímida reforma de las reaccionarias instituciones de la UE y la aceptación de todos los “techos” presupuestarios y normativas impuestos por la Troika, al estilo Syriza.

Para nosotros pelear por una perspectiva de clase y anticapitalista está íntimamente unido a luchar por que las y los trabajadores intervengamos en la crisis de régimen y la crisis de la UE con nuestra propia propuesta. No queremos autorreformas, segundas transiciones o que el rechazo a la UE sea capitalizado por la extrema derecha. Por eso desde NHTQP defendemos la necesidad de retomar la lucha contra el Régimen del 78, contra la Corona, por el derecho de autodeterminación y en la perspectiva de sobre sus ruinas poder establecer un verdadero gobierno de los y las trabajadoras en ruptura con el capitalismo, el único que podría dar salida a las grandes demandas sociales y democráticas que todo proyecto “gatopardista” dejaría nuevamente irresueltas.

Por eso mismo consideramos que no hay salida “nacional” posible dentro del capitalismo ni tampoco en una UE “reformada”. Creemos que la pelea por gobiernos de este tipo en cada país debe ser parte de la pelea contra la Europa del capital y por una Europa de los trabajadores y los pueblos, la única alternativa tanto a los neoliberales defensores de la UE y el euro como a los populismos de extrema derecha que hacen bandera del euroescepticismo y el nacionalismo.

Desde NHTQP llamamos a todas y todos aquellos que compartan esta perspectiva a participar activamente a las Marchas de la Dignidad del próximo 27M y a sumarse al bloque anticapitalista y de clase con el que participaremos en la manifestación y que se concentrará a las 16:30 horas en la Plaza Murillo (frente a la entrada del Jardín Botánico).

Este 27M, luchemos por una alternativa anticapitalista y de clase a la crisis del Régimen del 78.

■ Por el no pago de la deuda, por fondos para educación, sanidad, pensiones y vivienda para todas y todos.

■ Por el reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial: trabajar menos para trabajar todos y todas. Por la prohibición de los despidos. ¡Abajo la precariedad laboral! ¡Abajo todas las reformas laborales del PSOE y el PP!

■ Por la nacionalización bajo control obrero de la banca, las empresas estratégicas y todos los servicios públicos privatizados.

■ Contra todas las violencias machistas: #NiUnaMenos ¡Basta de feminicidios! ¡Basta de abusos y precariedad laboral! ¡Abajo el racismo, la islamofobia y la LGTBIfobia! Que el Pacto de Estado no vacíe las calles.

■ Basta de represión y persecución a las y los luchadores. Libertad y amnistía a todas y todos los detenidos por luchar.

■ Por el frente único obrero y la coordinación desde abajo para imponerle a la burocracia sindical de CCOO y UGT la convocatoria de una huelga general. Por un plan de lucha para conquistar todas las reivindicaciones obreras y populares.

■ Por el gobierno de los trabajadores y trabajadoras.

■ Contra la Europa del capital y el FMI, por una Europa de los trabajadores y los pueblos.

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