Imputado director de Panrico por acusar a los huelguistas de envenenamiento

El responsable de la industria Panrico en el Estado español, Carlos Gila, se vio obligado a declarar ante las graves injurias contra los trabajadores, cuando los acusó de envenenamiento de los productos durante la huelga.

El titular del juzgado de instrucción número 16 de Barcelona ha admitido a trámite la querella presentada por un centenar de trabajadores Panrico de la planta de Santa Perpetua contra el responsable de la industria Panrico en el Estado español por un delito de injurias graves hechas con publicidad y una falta de injurias.

Durante la histórica huelga de ocho meses protagonizada por las trabajadoras y los trabajadores de Panrico, Carlos Gila afirmó en enero del año pasado en una entrevista que «no se podía confiar» en que los trabajadores de la planta de Barcelona no envenenaran los «Donuts», que se producen en esa fábrica, tal como lo redacta la querella del abogado que representa a los huelguistas, Jaume Asens.

Los trabajadores de Panrico recogieron en su denuncia las expresiones utilizadas textualmente por el directivo: «Es difícil hacer planes de futuro para la planta y no caer en la cuenta de que con una plantilla tan salvajemente ideologizada, tan violenta, tan descerebrada, nadie nos va a garantizar que a alguno se le ocurra sabotear la producción y envenenar algunos de nuestros productos».

«No podemos correr el riesgo de que un ’Donuts’ envenenado cause una desgracia», es otra de las declaraciones de Carlos Gila que los trabajadores recogen en la querella que presentaron.

Según el juez, las expresiones declaradas por Carlos Gila podrían «ser constitutivas de delito de injurias con publicidad», por lo que acordó citarlo como imputado este viernes, para declarar por exhorto desde el juzgado de instrucción número 8 de Madrid.

En la querella se acusa al responsable de Panrico de, «con pleno conocimiento de su falsedad, difundir unos insultos por un medio de comunicación de masas, junto a unas insinuaciones absolutamente injustificadas e injuriosas con el objetivo de perjudicar la imagen, fama y honorabilidad» de los trabajadores de la planta. «Esos hechos de ningún modo pueden verse amparados» por el derecho a la libertad de expresión reconocido por la Constitución, añade la querella, que sostiene que las declaraciones del directivo implican «sembrar una sombra de sospecha y desconfianza muy difícil de reparar en el futuro».

«La difusión de este mensaje iba claramente dirigido a crear esa sospecha, a difamar una lucha que gozaba hasta el momento de un importante apoyo y simpatía ciudadana, creando una imagen distorsionada y falsa de los querellantes.

Durante todo el viernes, las trabajadoras y trabajadores de Panrico, estuvieron desde primera hora denunciando por las redes sociales las declaraciones de Carlos Gila. Con la consigna #PanRicoalBanquillo difundieron por Twitter sus denuncias para demostrar que su lucha continúa.

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Joe Molina, trabajador despedido de Panrico | @joemolina57 :: Barcelona