El movimiento Rhodes must fall y la radicalización de los estudiantes sudafricanos

Las protestas estudiantiles de 2015 sacudieron Sudáfrica y obligaron a concesiones significativas de las autoridades universitarias y el gobierno. A comienzos de 2016, a esto le siguió la lucha de los trabajadores universitarios y nuevos combates estudiantiles.

Los trabajadores contratados de la Universidad levantan cabeza

Desde el año pasado venimos escribiendo acerca de este naciente movimiento, analizando su desarrollo como un gran ejemplo para los explotados del mundo.

A principios de enero las acciones estudiantiles fueron seguidas por una oleada de huelgas de los trabajadores no docentes subcontratados que reclaman ser contratados directamente por la Universidad y que fue uno de los reclamos del movimiento estudiantil. Efectivamente, los trabajadores subcontratados de la Universidad de Pretoria, Unisa, Medunsa, TUT, Tshwane South College, Tshwane Norte College y la Municipalidad de Tshwane comenzaron una huelga el 11 de enero, exigiendo el fin de la externalización, un salario de 10,000 rands (moneda sudafricana) por mes como mínimo y una suspensión de las reducciones de personal y la reincorporación de todos los trabajadores recientemente despedidos. A principios de 2016, las tempranas victorias del movimiento ‘outsourcing must fall’ (la ‘subcontratación debe caer’) fue otro retroceso del gobierno, esta vez a manos de la clase obrera.

Las deplorables condiciones de alojamiento de los estudiantes negros

Los reclamos del año pasado no han hecho más que despertar la bronca y la lucha estudiantil. Este año son las desesperadas condiciones de alojamiento de los estudiantes, negros que fue la chispa que ha reavivado el movimiento. Algunos de ellos viven en secreto en las aulas y duermen en las bibliotecas o los pasillos de las instituciones. Los estudiantes negros, al igual que aquellos que vinieron antes que ellos en la década de 1980, están desesperados por el alojamiento. Todos los años, están excluidos financieramente. Esto a pesar de las afirmaciones hechas por el gobierno para hacer accesible la educación terciaria para todos.

La Universidad de Ciudad del Cabo de nuevo en el epicentro

En 2015, el resurgir del movimiento estudiantil sudafricano comenzó por la campaña y movilización del movimiento “Rhodes must fall” (RMF, Rhodes debe caer”), una campaña para retirar una estatua de Cecil John Rhodes [1] de la explanada de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), una de las más prestigiosas de Sudáfrica.

Como continuación de su lucha por sus condiciones de alojamiento, RMF construyó el pasado 15 de febrero una cabaña en el campus. Se llamaba Sackville: Homeless (sin techo) de la UCT. A medida que más estudiantes se quedaron sin hogar, y excluidos financiera y el académicamente, Sackville fue adquiriendo cada vez más relevancia. Al día siguiente, dos altos directivos de la Universidad se acercaron a RMF con una advertencia para eliminar la cabaña en una hora o la seguridad eliminaría por la fuerza. Los estudiantes se sintieron amedrentados y en respuesta a esta amenaza hicieron una quema simbólica de pinturas coloniales como desafío a las autoridades.

La policía disparó granadas de estruendo y balas de goma contra los estudiantes desarmados durante tres horas. La seguridad privada secuestró y asaltó violentamente a un estudiante, que es parte del RMF, pero no estaba en la protesta. A lo largo de la noche, la policía intensificó la violencia (incluso disparando a los estudiantes que no protestaban). Como resultado, los estudiantes quemaron un vehículo de la UCT y la oficina del vicerrector.

Rápidamente en Twitter saltó la obvia analogía con los nazis por la destrucción del arte. Pero en este caso los estudiantes no están en contra de las pinturas, más allá de lo desagradables que pudieran ser, sino se trataba de las personas que están en las pinturas. RMF anunciaba con bombos y platillos en la red que «la Blancura se está quemando» y que «el arte ofensivo en la UCT está ardiendo en llamas».

Los activistas del movimiento en los días siguientes defendieron sus acciones. Una de ellas dijo: “Muchos han criticado el movimiento RMF debido al vandalismo y la violencia. Es curioso que la gente esté más preocupada por las pinturas de blancos racistas asesinos seriales que de la vida de los pobres estudiantes negros. Lo que es aún más sorprendente para mí, sin embargo, es el shock que la sociedad expresa cuando un movimiento como el RMF, que ha sido muy claro acerca de su intención de descolonizar, se dedica a la descolonización”.

Otro estudiante, Athabile Nonxuba, uno de los líderes de Rhodes Must Fall, dijo explicando por qué pinturas fueron quemadas, que era importante que los estudiantes negros se vean a sí mismos representados en UCT en el arte y la cultura. «Demasiadas cosas se han hecho por nosotros sin nosotros y estamos diciendo no más. El objetivo final es una educación socialista libre y una institución descolonizada”. Nonxuba agregó que ellos habían desarrollado una filosofía de «fallism», «un juramento de lealtad que todo lo relacionado con la opresión y la conquista de los negros por el poder blanco debe caer y ser destruido».

Aunque actualmente este es el movimiento más radicalizado de Sudáfrica, no es el único: en Pretoria, capital administra del país, los estudiantes se han reunido este lunes fuera de sus aulas en la Universidad después de una manifestación e interrumpieron sus clases. Los manifestantes se oponen al uso de la lengua afrikaans (originaria de los primeros colonos imperialistas) como medio de instrucción.

Los estudiantes a la vanguardia de la lucha contra el régimen del post-apartheid

La transición pactada a la democracia que salvó los privilegios de la minoría blanca en Sudáfrica a comienzos de la década de 1990, debió hacer ciertas concesiones formales como el voto o el acceso a la universidad para la mayoría negra con el objetivo de desviar la revolución obrera negra que estaba en curso en la década de 1980. La republica multirracial no ha cambiado las trazas económicas, sociales y culturales fundamentales del régimen del apartheid.

Pero paradójicamente, en los lugares en los que hubo algunos de los cambios más significativos como la Universidad y el arribo masivo de estudiantes negros, es que es más fácil ver las continuidades más profundas de la desigualdad del pasado. Mientras que muchas más personas tienen acceso a la educación a todos los niveles, el acceso continúa haciéndose sobre una base marcadamente diferente para un blanco y para un negro.
Visto desde esta perspectiva, las protestas de los estudiantes y las cuestiones planteadas a través de su solidaridad con los trabajadores del campus se refieren a cuestiones más generales y fundamentales que las diferencias en las oportunidades de vida de los estudiantes negros en comparación con sus homólogos blancos. Los estudiantes sudafricanos están diciendo a gritos y con sus cuerpos que los sudafricanos negros siguen sufriendo la segregación en su propio país -desde la escuela primaria, a la secundaria, a la universidad, al lugar de trabajo, a la geografía espacial de sus comunidades-. Lo mismo durante las interacciones diarias en las calles, supermercados y restaurantes. Su lucha es nuestra lucha.

NOTAS:

[1] Cecil Rhodes fue un empresario colonialista y gran defensor del imperialismo británico, fundador en África del país que a su muerte llevaría su nombre: Rodesia, cuyo territorio está actualmente dividido entre Zambia y Zimbabue. Fue también fundador de la influyente Fundación Rhodes. Además, fundó la compañía De Beers, que en la actualidad controla el 60% del mercado de diamantes en bruto del mundo y que en un tiempo llegó a comercializar el 90%. Sus ansias imperialistas no tenían límites, quería «pintar el mapa de rojo (británico)», y declaró: «todas estas estrellas… estos vastos mundos que se mantienen fuera del alcance. Si pudiera, anexaría otros planetas».

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