Grandes movilizaciones estudiantiles contra la represión y el ajuste

Sábado 15 de noviembre, 50.000 personas se manifestaron en toda Francia contra la “política de austeridad del gobierno de Hollande y Valls”, respectivamente Presidente y Premier social-liberales franceses. Las marchas se organizaron en las principales ciudades del país, con 15.000 manifestantes en París, llamadas por el Colectivo Alternativa a la Austeridad, constituido por federaciones de la CGT, del sindicato Sud, de los gremios de la función pública de la FSU, pero también partidos políticos como el PC, el Partido de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon o el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA).

Mientras las direcciones que constituyen el Colectivo centraban las consignas en el “presupuesto de austeridad ineficiente” para el año 2015 que la mayoría social demócrata se apresta de votar en el Parlamento, muchos fueron los manifestantes que bajaron a la calle para rendir homenaje a Remi Fraisse, el joven militante ambientalista asesinado por la gendarmería de Hollande y Valls el 25 de octubre pasado durante una protesta contra la construcción de una represa en Sivens, en el Sur del país. Pocos días antes, el 13 de noviembre, el prestigioso diario Le Monde sacaba a la luz que, a pesar de las declaraciones del gobierno que tardó casi 48 horas en reaccionar oficialmente ante la muerte del compañero, las fuerzas de represión presentes en Sivens sabían que habían matado al joven.

“¡Queremos plata para las universidades y la escuelas, no para la cana ni los milicos!”

En Toulouse, la ciudad del sur del país en que estudiaba Rémi Fraisse, la marcha movilizó a 5.000 personas. La semana anterior, una manifestación había sido prohibida por la Prefectura y luego fue objeto de una violentísima represión. Hubo 21 detenciones y 16 procesamientos de compañeros, entre ellos Gaëtan, un compañero del NPA de Toulouse, militante estudiantil de Sud y cuyo juicio está previsto para el 4 de diciembre. Entre los militantes que fueron procesados, varios terminaron condenados a penas de prisión. Es en este clima de fuerte represión que una asamblea reunió el jueves 13 a 1.200 estudiantes de la universidad Toulouse-Mirail que votaron participar a la marcha del 15 y bloquear el campus el jueves 20 para protestar contra los recortes a la educación, las violencias policíacas y en solidaridad con los jóvenes procesados. El sábado 15, una importante columna estudiantil se sumó a la marcha sindical con sus propias consignas, entre ellas “plata para las universidades y las escuelas, no para la cana ni los milicos”.

De Toulouse a Saint-Denis, la profundización del giro represivo del gobierno

Mientras tanto, el gobierno profundiza su giro represivo. El ministro del Interior Cazeneuve prohibió el uso de granadas ofensivas (las mimas que causaron la muerte de Rémi) en las manifestaciones, pero la represión prosigue. En Saint-Denis, una de las principales ciudades de la “banlieue” (periferia) norteña de París, para cortar de raíz con el movimiento secundario que empezaba a bloquear los institutos en homenaje a Rémi y contra las violencias policíacas, la ciudad fue literalmente militarizada. Centenares de efectivos fueron desplegados junto con camiones y hasta la policía montada para apalear a los jóvenes. El gobierno multiplicó las trabas para poder manifestar, imponiendo el cierre de universidades como en Rennes (Bretaña), para evitar que se llevaran a cabo las Asambleas estudiantiles. En Rouen (Normandía), la policía desalojó despiadadamente una acampada de militantes que ocupaban una plaza al lado del palacio de justicia en solidaridad con Sivens. Al mismo tiempo, asesores de Hollande declaran a la prensa que temen más que nunca una posible radicalización de la juventud, de los grupos de izquierda y de sus franjas radicales: en realidad, lo que está ensayando el gobierno, es la puesta en marcha de una especie de estrategia de la tensión que podría llegar a ser muy peligrosa en caso en que la relación de fuerza llegara a revertirse.

El movimiento parte de la juventud, pero tiene que extenderse a los trabajadores

El abroquelamiento del gobierno se debe al temor que tiene de que la juventud dinamice la situación, sumando al movimiento obrero a la lucha como fue en 2006 cuando el primer ministro derechista Villepin tuvo que retroceder con la reforma laboral de los contratos juveniles (CPE). Esta es la razón por la que es clave buscar la convergencia de todos los sectores movilizados. La denuncia de la represión policíaca y de la política anti-popular del gobierno tiene que ser llevada adelante no sólo en las universidades y los institutos sino también en las empresas y en las fábricas.

Una gran oportunidad de extender la movilización pasa por las jornadas de huelga previstas localmente en la educación, a nivel del departamento de Seine-Saint-Denis y, sobre todo, de Toulouse, el jueves 20 de noviembre. De estas acciones participarán tanto estudiantes como secundarios, docentes y no docentes. Otra fecha importante será el sábado 22, día de movilización nacional contra las violencias policíacas. Del éxito de las mismas depende también la situación política nacional, a pesar de que hasta ahora la resistencia se está llevando a cabo a nivel de la vanguardia. Extender en pos de masificar las tendencias actuales es una perspectiva por la que hay que pelear.

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