A un año del asesinato de quince inmigrantes en Ceuta, otro año de impunidad y racismo

El 6 de febrero se cumple un año de la «tragedia de Ceuta» en la que más de 300 hombres y mujeres procedentes de Senegal, Costa de Marfil y Camerún intentaron entrar nadando a la playa ceutí del Tarajal, muriendo 15 subsaharianos.

Varios informes habían denunciado que la Guardia Civil había disparado a aquellos que llegaban al área española, que apuntaron a los flotadores y éstos se pinchaban y que las balas de caucho alcanzaron a la cabeza y la cara, además de utilizar gases lacrimógenos.

Esto ocurría en Ceuta, una ciudad autónoma del Estado español situada en las costas africanas del estrecho de Gibraltar, que junto a Melilla es uno de los pasos obligados para los miles de inmigrantes africanos que intentan ingresar al territorio español.

De las 23 personas que pisaron territorio español ninguno recibió asistencia sanitaria, muriendo 15 de ellos, otros acabaron gravemente heridos o desaparecidos y los que consiguieron llegar fueron expulsados ilegalmente a Marruecos a través de las «devoluciones en caliente». Se ha tardado meses en desmontar la versión oficial del Gobierno que intentó ocultar estos hechos.

Se cumple un año del asesinato de estas 15 personas, «Un año de impunidad y de injusticia», tal como denuncian las organizaciones que luchan por los derechos de las personas inmigrantes en una nota de prensa de Nota de prensa de SOS Racisme, Migrastudium i Tanquem els CIE  (Centros de Internamiento para Extranjeros).

Y así relatan los hechos: «Recordamos que se utilizó material antidisturbios (balas de goma y gases) contra un grupo de personas que intentaban entrar nadando en territorio español, poniendo en peligro su vida. Se hicieron devoluciones irregulares en territorio marroquí y se vieron patrullas de la Guardia Civil haciendo maniobras de persecución en vez de dar auxilio a las personas en peligro. Mientras el gobierno cambiaba la versión de los hechos, desmontada siempre por el testigo de las personas supervivientes así como las grabaciones de algunos medios de comunicación.»

Familiares y amigos, asociaciones por los derechos de los inmigrantes y organizaciones políticas y sindicales de izquierda se vienen movilizando exigiendo justicia para las víctimas, encontrando de parte de las autoridades una situación de enorme impunidad, mientras aumenta la persecución contra las personas inmigrantes y el fomento del racismo y la xenofobia de parte de los grandes medios de comunicación y el Gobierno.

Una vez más, el Juzgado de Ceuta dio la razón a las declaraciones de los mismos policías agresores para afirmar que las muertes fueron en el mar de Marruecos y trasladar la causa a la Audiencia Nacional. De este modo se busca seguir atrasando la instrucción del caso y esperar a que todo quede en el olvido y se archive el caso.
Los 15 de Ceuta, es el ejemplo de lo que miles y miles de inmigrantes en situación «irregular» viven al traspasar esas «vallas de la muerte». Nada más cruzar el océano, comienzan las trágicas odiseas de cientos de hombres, mujeres y niños en la alambrada: guardias civiles con escaleras a golpe de porras, gas pimienta y horas nocturnas de espera de hasta 500 personas de las que sólo algunos logran entrar, si es que no mueren antes.

Semana a semana los titulares de los periódicos anuncian decenas y cientos de inmigrantes en situación irregular que salen del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta o Melilla hacia la península, mientras otros son llevados a Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE).
Nada más traspasar las vallas, para los que sobreviven existen las prisiones de los CIE y las «salidas secretas» en los vuelos de la vergüenza para las deportaciones masivas. Este es el viaje macabro que la barbarie capitalista destina a miles.
Durante los últimos diez años «más de 27.000 las personas – y muchas más que no han dejado rastro- han perdido la vida buscando la manera de atravesar algunas de las muchas fronteras que los estados europeos construyen y defienden para proteger sus privilegios», explican en un comunicado de Tanquem Els CIE.

Las organizaciones sociales se plantean continuar con las manifestaciones para que no se olvide ni archiven los nombres de aquellos que murieron por una causa que no fue una «tragedia». Fue el asesinato, por parte de la Guardia Civil, de Oumar, Larios, Joseph, Armand, Daouda, Ibrahim, Ousman, Nana, Jeannot, Yves, Samba, Youssouf y el de tres cuerpos más que un año después siguen sin identificar. Y la «responsabilidad directa recae en el Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz en primer lugar», denuncian.

A su vez, exigen la dimisión del Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz como responsable político de los 15 asesinatos. Las concentraciones serán en Ceuta, con una marcha recorrerá el sitio de los hechos, desde el CETI hasta Tarajal; también en Barcelona, Madrid, Londres y Berlín.

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