Por un movimiento LGTBI anticapitalista y combativo: ¡Recuperemos el espíritu de Stonewall!

A 48 años de la revuelta de Stonewall Inn, poner en pie un gran movimiento LGTBI combativo, antipatriarcal y anticapitalista. Por la conquista de los derechos LGTBI y por la liberación sexual.
Este año Pan y Rosas, junto a los compañeros y compañeras de CRT, volveremos a movilizarnos, acompañando a miles de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Lo haremos retomando la bandera de Stonewall, la revuelta de la comunidad LGTB que mantuvo a raya a la homfóbica policía neoyorkina durante varias noches y que constituyó su fecha de incio, el 28 de junio, como el Día Internacional del Orgullo LGTBI.

Este año además también celebraremos el 40 aniversario de la primera manifestación del Orgullo celebrada en el Estado español. Fue en las Ramblas de Barcelona en 1977, contó con el apoyo de algunos sindicatos y partidos políticos de la extrema izquuierda y acabó duramente reprimida por los «grises» de Adolfo Suárez. Su lucha contra la Ley de Peligrosidad Social -cuyo articulado homofóbico no desapareció del todo del Código Penal hasta 1995- y por la libertad de los más de 1.000 presos homosexuales y transexuales acusados de «perversión», se enmarcaba, siguiendo la senda de Stonewall, en una lucha de fondo por todos los derechos de las personas LGTBI y la liberación sexual del conjunto de la humanidad.

Es este espíritu el que queremos recuperar. Retomar las banderas de Stonewall en el siglo XXI para desde ahí continuar la pelea por las demandas pendientes del colectivo LGTBI como parte de la lucha contra el patriarcado y la opresión sexual que impone la sociedad capitalista.

¡Contra toda patologización de nuestras identidades y orientaciones sexuales!

Todas las demandas democráticas conquistadas por la diversidad sexual y el movimiento LGTBI en los últimos años, como el matrimonio igualitario, la inclusión de las operaciones de reasignación de sexo en la seguridad social o las diversas leyes contra la LGTBIfobia, han supuesto un avance importante.

Sin embargo, todavía quedan muchas demandas elementales por las que pelear, especialmente las del colectivo trans. Por ello, exigimos la despatologización absoluta e inmediata de nuestras identidades y el derecho a una salud gratuita y garantizada por el Estado que cuente con áreas especializadas que atiendan las necesiadades las personas LGTBI y que aseguren de manera pública y gratuíta el acceso al proceso de transición de género, incluyendo hormonación y/o cirugías para las personas transexuales sin ningún tipo de prerrequisito psiquiátrico o de tratamiento hormonal previo.

¡Contra la violencia machista y LGTBIfóbica!

Además, las agresiones a personas LGTBI no dejan de aumentar. Mención a parte merecería la violencia y el bullyng escolar, que tiene en la juventud LGTBI al principal colectivo afectado. Desde el 2016 se han denunciado más de 500 agresiones a personas gays, lesbians, bisexuales y transexuales ¿Cuántas más permanecen invisibles bajo la indiferéncia cómplice de la policía, jueces, fiscales o los principales partidos del Régimen del 78?

La lucha contra la violencia machista y LGTBIfóbica debe ser un punto clave en la agenda del movimiento LGTB. Como parte de esta pelea debemos combatir todas las violencias. También la precariedad, discriminación y exclusión laboral que todavía padecen muchas personas LGTBI o la que se produce dentro de los centros de estudio.

Defendemos la formación de comisiones independientes en los centros de estudio y trabajo para combatir toda forma de machismo o LGTBIfobia, así como el derecho a una verdadera educación sexo-afectiva laica y no heteronormativa. Hoy es una neceisdad urgente enfrentar de manera activa el bullying homófobo que no deja de aumentar entre niños, adolescentes y jóvenes, y que a veces conduce a desenlaces fatales como fue el caso de Alan, un adolescente transexual que acabó suicidándose en Barcelona a consecuencia del acoso transfóbico sufrido en el colegio.

¡Por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado!

Rechazamos la intromisión de la Iglesia y del Estado en nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestras identidades, porque es necesario enfrentar la moral puritana que estigmatiza, persigue y criminaliza nuestros cuerpos y nuestros deseos.

Este pelea pasa, y más aún en el caso del Estado español, por luchar por una demanda democrática tan elemental como la separación efectiva de la Iglesia y el Estado. Empezando por la anulación del concordato con el Vaticano, de toda financiación pública a la Iglesia católica, del conjunto de privilegios y prevendas de los que aún disfruta y el fin de la intromisión religiosa en la educación pública, anulando la clerical LOMCE, sacando la asignatura de religión y terminando con los conciertos a los centros educativos religiosos.

¡Contra la mercantilización del Orgullo y la diversidad sexual!

También nos movilizaremos contra la mercantilización de las identidades disidentes, contra la instrumentalización capitalista de nuestros cuerpos e identidades que generan las grandes marcas con la complicidad de los principales partidos políticos. Por eso mismo, saldremos a la calle, para denunciar el «capitalismo rosa» que oculta el espríritu reivindicativo de esta fecha y promueve una falsa consciencia de libertad e igualdad para sacar beneficio a costa de la comercialización de las sexualidades no heteronormativas, y que deja por fuera a una gran parte de la comunidad LGTBI y sus reivindicaciones como las personas LGTBI inmigrantes, mujeres, transexuales o trabajadores precarios.

De la misma manera combatimos todo intento demagógico de querer usar nuestra pelea por parte del Estado para echar leña a la hoguera del racismo, la islamofóbia y la justificación «progre» de sus políticas de injerencias imperialista. Por eso mismo, denunciamos el humanismo imperialista de la Unión Europea y Estados Unidos, que mientras cínicamente emiten declaraciones de «repudio» a la homofobia, al mismo tiempo discriminan a personas LGTBI en sus propios países y les niegan refugio a miles de personas que huyen de la represión homolesbotransfóbica y de las guerras imperialistas.

Apoyamos y nos solidarizamos con la lucha de las personas LGTBI en países donde la persecución es aún mayor, llegando incluso a las penas de cárcel, torturas o penas de muerte a quienes salen del estrecho cinturón de la heteronorma.

Este es el caso de los recientemente conocidos campos de concentración para hombres homosexuales en Chechenia. Una realidad extrema que muestra la brutalidad a la que se deben enfrentar millones de personas LGTBI en todo el mundo, mientras por otro lado, en aquellos países donde se conquistaron derechos democráticos los discursos que reproducen la moral conservadora y la opresión por sexualidad, género o raza no dejan de avanzar.

Entendemos que la lucha contra la homolesbotransfobia es internacional y que esto lo debemos realizar con absoluta independencia y enfrentando a nuestro propio Estado, que es socio y cómplice de la inmensa mayoría de los regímenes que mantienen como delito la homosexualidad, como es el caso de Arabia Saudí o Marruecos con cuyas monarquías la Casa Real y los distintos gobiernos mantienen excelentes relaciones.

¡Pongamos en pie un movimiento LGTBI combativo y anticapitalista!

Como decíamos antes, el 28 de junio de 1969 trans, lesbianas y homosexuales hicieron frente en las barricadas de Stonewall a la represión policial que tenía lugar de manera cotidiana. El Día Internacional del Orgullo LGTBI surgió del hastío, la rabia y la indignación de centenares de personas LGTBI que salieron a enfrentar la homofobia y pelear por sus derechos.

Stonewall se convirtió en la chispa que daría lugar a un movimiento LGTBI que lucharía contra la moral patriarcal y homofóbica, las fuerzas represivas y la legislación reaccionaria del Estado, pero también por la total liberación sexual. Una lucha que incluía una fuerte crítica al capitalismo y al patriarcado, raíz de todas las opresiones que padecemos. Un movimiento que veía en la alianza contra el resto de sectores oprimidos y explotados, como la lucha de la comunidad negra contra el racismo, el emergente movimiento de mujeres o incluso los mineros ingleses como bien retrata el filme «Pride», el único camino posible para avanzar hacia la emancipación total de la sexualidad.

Pan y Rosas y CRT participaremos de las movilizaciones alternativas de Madrid, Bacelona, Zaragoza y Burgos, con el convencimiento de que es necesario poner en pie un amplio movimiento LGTBI independiente de las instituciones del Estado, los gobiernos de turno, los partidos patronales y la Iglesia, que en alianza con los sectores más oprimidos y explotados y buscando la confluencia con la lucha de la clase trabajadora, vuelva a encender la chispa necesaria para conquistar nuestros derechos y reabrir la pelea por la total liberación sexual en la lucha contra la alianza criminal entre el capitalismo y el patriarcado.

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