Nuevas tareas y nuevas fuerzas para construir una gran Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras

El día domingo 7 de mayo, la sesión del primer Congreso de la CRT estuvo dedicada a la discusión sobre “Balance y Orientación”, en base a los documentos presentados previamente. Plantearemos aquí una síntesis de los debates y resoluciones de este punto.
El I Congreso de la CRT tuvo dos objetivos fundamentales. En primer lugar, avanzar en la sistematización y elaboración de un proyecto político-programático, mostrando una alternativa a los proyectos de la izquierda que se adaptan al neorreformismo. Es decir, desplegar un programa que muestre una salida anticapitalista y revolucionaria de clase, como única salida realista a la utopía de reformar o humanizar el capitalismo.

En segundo lugar, nos proponemos desarrollar una gran batería de medidas políticas con el objetivo ambicioso de aumentar nuestras fuerzas y construir una organización revolucionaria sólida en su estrategia y teoría. Que a la vez despliegue toda su audacia para llegar a los sectores más avanzados de la vanguardia obrera, juvenil y de mujeres. Y que para que el programa que votamos se haga carne en estos sectores, como una gran herramienta de construcción y lucha política, junto a la ampliación de las agrupaciones estudiantiles, de trabajadores y mujeres, fomentando el debate político y teórico- ideológico.

Por tanto, el segundo día del Congreso estuvo centrado en la orientación sobre cómo “construir” una organización revolucionaria como la CRT, en una situación no revolucionaria y de grandes ilusiones reformistas, como una tarea de lucha política en sí misma, que nos delimita, junto al programa y la estrategia revolucionaria, del nuevo reformismo y de las organizaciones que se reivindican “anticapitalistas” pero que buscan “atajos” disolviéndose en los fenómenos reformistas de izquierda.

La construcción de una organización revolucionaria: una lucha estratégica con la construcción de “partidos amplios” y el espíritu movimientista de la época

Actualmente en el Estado español, muy pocas organizaciones se proponen esta tarea estratégica clave, que la mayoría de las organizaciones de izquierda abandonó a la par que abandonaron la estrategia revolucionaria. Por tanto, reflexionamos sobre cómo la construcción de una organización revolucionaria, también es parte de una lucha política y estratégica.

Por un lado, hacia el centrismo trotskista que, al borrar su estrategia y programa revolucionario, lo llevó a disolver sus organizaciones. Así se fueron adaptando a la izquierda reformista del Régimen, especialmente Izquierda Unida. El caso más destacado fue la Liga Comunista Revolucionaria, que llegó a disolverse dentro de IU en los años 90 para salir en 2008 y formar Izquierda Anticapitalista, y terminar siendo fundadora de Podemos, hasta disolverse en su interior. Otro grupo proveniente del trotskismo, En Lucha, hace unos meses anunció su disolución en Podemos y en las CUP en el caso de su sección catalana. Otros como El Militante – que dirige el Sindicato de Estudiantes – lleva años disuelto en organizaciones reformistas como IU o incluso el PSOE en algunas provincias. Incluso Corriente Roja, que abandonó IU en 2005, fue impulsora de un agrupamiento en común con sectores de la dirección del PCE que apoyaba la candidatura de Alberto Garzón el 20D e.

Pero no sólo es una lucha política con las organizaciones de izquierda. Lo es también con lo que llamamos “movimientismo”, es decir contra el espíritu de la “época de movimientos sociales y ciudadanismo” donde la “militancia” es reemplazada por el “activismo sin estrategia”, muy enraizada en los movimientos juveniles, feministas o barriales.

Sabemos que una organización revolucionaria no surgirá solamente de este pequeño núcleo, sino de la fusión con rupturas por izquierda, de la fusión de nuevas camadas de obreros y obreras, de jóvenes y mujeres que decidan entregar su vida a la transformación social, a la revolución. Una gran tarea que hoy es difícil, a “contracorriente”.

Balance y orientación a doce años de nuestra fundación

Nuestro proyecto político no cae del cielo, sino que es producto de una acumulación programático-estratégica del grupo desde su nacimiento.

Presentamos un documento de balance del grupo desde su fundación, a partir de una ruptura con Nuevo Claridad, ruptura con El Militante. Nuestro nacimiento se dio a partir de un proceso de resistencia, de parte de un núcleo de jóvenes, en una “época dorada” del capitalismo español durante los gobiernos de Aznar y Zapatero, y a la adaptación de la extrema izquierda española (integrada en IU). Su profundo espíritu internacionalista los llevó a bucear en el movimiento trotskista, e impactados por los procesos de América Latina y Bolivia en el 2003, fue que el grupo entró en contacto con la FT-CI por medio de su grupo boliviano. Con el que se inició un proceso de discusión político-estratégica y experiencia común con nuestra corriente internacional, tras el cual, y previa pelea interna en Nuevo Claridad, se fundó Clase contra Clase (CcC) y se integró plenamente como sección del Estado español.

Así se formó el núcleo inicial del grupo. Y esta búsqueda constante de intervenir en las luchas obreras y de vanguardia juveniles y/o estudiantiles, la formación en el marxismo y la tensión de avanzar en nuestra elaboración programático-estratégica y el internacionalismo fueron las bases que nos llevaron a lograr una primera acumulación de cuadros hasta la actualidad.

Desde la fundación del grupo ha pasado una década de acumulación programática y estratégica, formando nuevos cuadros jóvenes, interviniendo en la lucha teórica y en la lucha de clases como en el movimiento estudiantil, el 15M, en Telepizza, Panrico y Coca-Cola, Movistar, Telemarketing. También desplegando agrupaciones amplias en el movimiento estudiantil y de mujeres -como nuestras agrupaciones estudiantiles (SEI, No Pasarán, Armas de la Crítica en la UAM), y la agrupación de mujeres Pan y Rosas-. Impulsamos bloques políticos progresivos con sectores de la izquierda que se reivindican anticapitalistas como No Hay Tiempo Que Perder. Y tomamos la iniciativa –inédita para el resto de la izquierda política española- de hacer un diario digital, IzquierdaDiario.Es, como parte de la red internacional de diarios que impulsa la FT-CI, como vía para desarrollar una audaz ofensiva política para amplificar la llegada de nuestras ideas y nuestra influencia política. Además, hemos desarrollado una ofensiva ideológica desde el marxismo.

Entre 2014 y 2017 la situación política dio un giro que incrementó los obstáculos para la construcción de una organización revolucionaria. Sin embargo, en condiciones difíciles -de grandes ilusiones reformistas y casi ausencia de fenómenos de la lucha de clases- hemos conseguido avances importantes, que constituyen una primera etapa de nuestra joven organización en la que educamos a contracorriente a una camada de cuadros en la estratégica revolucionaria, en un marco donde primaron en un primer momento las derrotas de la ofensiva neoliberal y en un segundo momento las ilusiones reformistas.

Lo que nos proponemos ahora es dar paso a una nueva etapa, en la que adoptemos nuevas medidas en la lucha por construir una gran organización revolucionaria en el Estado español, como parte de la lucha por reconstruir la Cuarta Internacional. Es así que, como ya anunciamos, cambiamos el nombre de nuestro grupo como Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), con el objetivo de adecuarlo a la situación de nuestra organización y nuestros nuevos desafíos.

Ser parte de la lucha de clases, lanzar campañas y agrupaciones amplias, sin perder de vista nuestro horizonte revolucionario

La situación internacional, las hipótesis de inestabilidad política, la situación del movimiento obrero y juvenil y las perspectivas de la lucha de clases son parte de los fundamentos de nuestra orientación, que hemos enunciado en el artículo “Las principales resoluciones del I Congreso de la CRT”, en el cual presentamos una síntesis de la discusión sobre la situación política y las principales resoluciones de orientación adoptadas por el Congreso.

Las contradicciones que abrió el ciclo de movilizaciones y huelgas generales con el 15M, aunque desviado con la emergencia de Podemos, aún no se cerraron: crisis del régimen y sus partidos, crisis económica, cuestionamiento a las instituciones, un gran malestar social producto del paro, la precariedad laboral, la violencia de género, los desahucios. Y ante las duras consecuencias de la crisis que enfrenta la clase trabajadora y la juventud, las organizaciones sindicales actúan como sostén del Régimen frente a la “pax social” que mantiene la burocracia sindical, cómplice de EREs, cierres de fábrica y traiciones varias.

Aun así, estamos viendo un despertar en los últimos años de diversas de luchas o procesos de organización de vanguardia a lo largo de todo el Estado. La emergencia de un gran movimiento de mujeres. Y un reanimamiento del movimiento estudiantil.

Veamos cómo articulamos en la orientación, nuestro proyecto político-programático, con campañas y agrupaciones amplias y la construcción de una organización revolucionaria en el Estado español que se propone, en última instancia, reconstruir el trotskismo en el Estado español.

Transversalmente, hemos planteado las presiones y contradicciones a las que nos enfrentamos. Por un lado, frente al peligro de adaptación a la realidad, ya sea planteando las cuestiones de fondo, estratégicas, sólo a muy poca gente, lo que llamamos “propagandismo” o sectarismo abstencionista. Pero también evitando la lucha política, diluyendo el norte anticapitalista, revolucionario, cuestionador de la “rutina sindical”, evitando el choque de ideas y posicionamientos políticos. Este es el significado de lo que llamamos “movimientismo”: la adaptación a los movimientos sindicales, políticos y de lucha tal cual se dan, limitados a sus reclamos concretos, incluso siendo su ala más combativa.

La CRT se propone hacer todos los esfuerzos por plantear demandas políticas que tiendan un puente entre la conciencia actual y la perspectiva de una sociedad sin explotación y opresión. Con la firme convicción de que, si no lo hacemos, estaremos colaborando para que se fortalezcan las variantes neorreformistas, que se preparan para el bloqueo de futuros auges de la lucha de clases.

1. Nuestra intervención en la vanguardia obrera: pelear por el frente único y crear fracciones revolucionarias en los sindicatos o procesos de organización y lucha

La tensión de sus primeros músculos se expresa en luchas defensivas y por reivindicaciones parciales, sin llegar a poner en cuestión al gobierno y a la clase capitalista. Esto en parte se debe a que las ilusiones con el neorreformismo de Podemos calan no sólo en amplios sectores de masas sino también de la vanguardia obrera y juvenil. Sin embargo, la formación morada y sus “sucursales” que dirigen los llamados “ayuntamientos del cambio” no se propone crear una corriente propia en el movimiento obrero, crítica a las direcciones sindicales. Contrariamente, su silencio los hace cómplices de las grandes traiciones.

Y en muchos casos actuaron como enemigos de luchas cómo la de los técnicos de Movistar, o en la del Metro de Barcelona que tuvo que enfrentarse al gobierno de Barcelona en Comú, transformando la lucha contra la precariedad en una lucha política contra la “nueva política”. El caso de Las Kellys, las camareras de piso que limpian los hoteles, quienes denuncian ser ignoradas por el Ayuntamiento o más brutalmente los trabajadores del sindicato de “manteros”, que son perseguidos y encarcelados por el gobierno de Ada Colau.

Estas experiencias fueron adquiriendo un carácter político ante el enfrentamiento con los gobiernos del cambio y muchas veces también con las direcciones sindicales. Nuestra corriente está en la primera línea junto a estos sectores. Y apoyándonos en su potencial combativo y antiburocrático, hemos intentado plantear un horizonte que ayude a superar la separación entre lucha sindical y lucha política, la separación entre cualquier lucha reivindicativa parcial y los programas de fondo que pongan en cuestión el poder capitalista. Campañas contra la precariedad con el lema #ValemosMasQueEsto nos ayudan a establecer un puente entre las demandas parciales y agrupar. Mientras peleamos por el frente único, a la vez que nos proponemos crear fracciones revolucionarias en los sindicatos o procesos de organización y lucha.

Creemos que plantear este horizonte enfrenta a la idea que impone el neorreformismo de que se puede avanzar en las conquistas de derechos o defensa de los mismos contra los ajustes, recortes y despidos, sin enfrentar al gobierno, el régimen político, sus instituciones y al poder capitalista, creando así ilusiones en un “capitalismo menos salvaje” o una vuelta al “Estado de Bienestar”. Prácticamente toda la izquierda se ha adaptado a esta estrategia.

2. Nuestro horizonte revolucionario en la intervención en el movimiento estudiantil

El peligro “movimientista” lo enfrentamos en el movimiento estudiantil o de mujeres. Muchas corrientes se han adaptado al corporativismo y fragmentación del movimiento estudiantil que viene de importantes derrotas. Esto llevó a que los sindicatos de estudiantes se hayan convertido en un obstáculo para la unidad de toda la comunidad educativa que enfrente las reformas y ajustes en una lucha unitaria, democrática, de base y masiva. Y lejos están de plantear un horizonte combativo, la unidad obrero- estudiantil retomando la experiencia del Mayo Francés, o la defensa de la universidad pública no tal cual está, sino cuestionándola bajo la perspectiva de luchar por una Universidad al servicio de la clase trabajadora y el pueblo. Con este horizonte nos planteamos construir fuertes agrupaciones estudiantiles, como son hoy No Pasarán, el SEI y Armas de la Crítica, conformando una red que lleve la voz de la clase trabajadora a las aulas. Y recreando las ideas del marxismo, con las Cátedras Karl Marx, a la luz de los grandes debates ideológicos, con la idea de la “crítica a la universidad de clase al cuestionamiento de la sociedad de clases”.

3. Crear alas de izquierda en el movimiento feminista y nuestra lucha por la emancipación de las mujeres en alianza con la clase trabajadora

El movimiento de mujeres se transformó en canal de expresión del descontento de trabajadores, jóvenes y estudiantes con las políticas de austeridad. Todos los partidos del Régimen plantean una lucha contra los feminicidios limitada a la confianza en las mismas instituciones que legitiman múltiples violencias. Podemos, sólo se plantea una lucha “antipatriarcal” (no anticapitalista) por la “igualdad” basada en un sistema de profundas desigualdades.

Nuestra agrupación, Pan y Rosas, está en la primera línea de la lucha por los derechos de las mujeres. A la vez que apuesta por un movimiento independiente del Estado y sus instituciones, en las calles, se propone recuperar los métodos históricos de las mujeres para enfrentar a la doble alianza criminal del capitalismo y el patriarcado. Para ello, no hace falta rebajar nuestras ideas, sino que, como mujeres marxistas anticapitalistas, podemos desarrollar plenamente nuestra estrategia de emancipación, en alianza con el conjunto de la clase explotada y oprimida. Mientras que lucha por crear alas izquierda dentro del movimiento feminista que retomen la lucha por el patriarcado y el capitalismo, como estamos desarrollando hoy junto a jóvenes estudiantes, trabajadoras, inmigrantes o junto con sectores combativos como Las Kellys en la lucha contra la precariedad.

4. Nuestras campañas contra la precariedad con el lema #ValemosMasQueEsto y #SusViolenciasNuestraLucha en el movimiento de mujeres: su articulación con el programa, las agrupaciones y la CRT

Es desde todas estas perspectivas que nos proponemos evitar barreras infranqueables entre nuestras campañas, las agrupaciones juveniles y de mujeres, y nuestra organización. Así es que lanzamos la campaña contra la precariedad junto a sectores de trabajadores y trabajadoras con el lema #ValemosMasQueEsto. O #SusViolenciasNuestraLucha desde Pan y Rosas con jóvenes y trabajadoras independientes. Campañas que nos permiten, con bloques programáticos amplios, crear alas o fracciones de izquierda en los diferentes fenómenos en los que actuamos, mientras la CRT junto a sus agrupaciones muestra un norte anticapitalista y de clase a través de un programa transicional. Cuestión que hemos dedicado a debatir en nuestro Congreso durante el sábado 6 de mayo.

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5. IzquierdaDiario.Es como “tribuno del pueblo” y organizador colectivo

Por otro lado, IzquierdaDiario.Es viene siendo uno de los proyectos más ambiciosos de nuestro pequeño grupo, que se propone, no sólo ser una voz y herramienta de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. También nos proponemos que quienes escriban lo hagan como “tribunos del pueblo” (Lenin), buscando relacionar la respuesta a los problemas sociales y políticos con la una salida anticapitalista. Y también puedan organizarse en lo que hemos lanzado como “círculos obreros” de ID, a sectores de trabajadores y trabajadoras que vienen haciendo experiencias en común ya sea en los procesos de lucha y organización como en los debates programáticos y estratégicos, o agrupados alrededor de las campañas.

6. La tarea de formación en el marxismo revolucionario y en el internacionalismo proletario de los nuevos compañeros y compañeras.

Con este objetivo, la CRT impulsa cátedras marxistas, escribe permanentemente artículos de debate político e ideológico en Izquierda Diario, la publicación de libros desde el CEIP León Trotsky de Argentina, se propone relanzar la publicación de su revista de teoría y política en el Estado español, así como impulsar escuelas de cuadros para la formación de su militancia.

7. No Hay Tiempo Que Perder: un frente político con un programa anticapitalista y de independencia de clase frente a la gran influencia del neorreformismo

Desde la iniciativa NHTQP, que impulsamos junto a Izar y activistas independientes, nos proponemos desplegar un programa que, partiendo de las demandas progresivas que expresan los fenómenos políticos, como podemos ver en las Marchas de la Dignidad del 27M (por el no pago de la deuda, contra las reformas laborales, por el salario, las pensiones, contra la represión, contra el machismo, etc.), se plantee elevarlas a una lucha de conjunto contra el gobierno, el régimen y el Estado capitalista, por el frente único obrero y la exigencia de la huelga general, el reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial, la nacionalización bajo control obrero de las empresa estratégicas, el gobierno de los trabajadores y, contra la Europa del capital y el FMI, por una Europa de los trabajadores y los pueblos. Y así dar viabilidad a la conformación de una alternativa política anticapitalista y de independencia de clase frente a la gran influencia del neorreformismo

Nuestro objetivo de construir una organización para “liberar a la clase asalariada y terminar con la sociedad de explotación

Toda nuestra orientación conforma una práctica política revolucionaria, en la que mientras intervenimos en las luchas o en los fenómenos progresivos de la realidad, dedicamos esfuerzos en cómo plantear nuestra perspectiva anticapitalista revolucionaria, en una situación no revolucionaria y de grandes ilusiones reformistas, sin rebajar nuestro programa. Y de este modo confluir, en una experiencia común y de debate estratégico, con los sectores que más avanzan hacia nuestras ideas, para que se integren, no como sujetos pasivos, sino como verdaderos cuadros revolucionarios que se propongan la gran tarea de construir una gran organización marxista revolucionaria, es decir trotskista.

Un gran punto de debate y reflexión durante la sesión del domingo ha sido de sobre el documento de organización, el cual fundamenta nuestra pelea por un partido de vanguardia de la clase obrera, así como los principios fundamentales y métodos de nuestra tradición en lo que hace a la organización partidaria.

En lo inmediato, nos planteamos el desafío, difícil pero entusiasmante, de integrar a nuestra organización a decenas de nuevas compañeras y compañeros que vienen adquiriendo acuerdo programático, mientras avanzamos en una experiencia común, y con quienes nos proponemos profundizar en el conocimiento del conjunto de nuestra teoría y estrategia revolucionaria, la cual se concentra en primer lugar en nuestro programa. Y queremos que este sea sólo un primer paso hacia un salto en la organización y extensión de la CRT. Porque como decíamos, esto es también una lucha política contra el “activismo movimientista” y contra las presiones individualistas, academicistas, o con “dejar la vida en los trabajos”, muchas veces muy precarios que no dan tiempo para militar u organizarse para luchar.

Nuestro Congreso se propuso reafirmar el objetivo de construir una organización para “liberar a los esclavos modernos”, que son los asalariados, terminar con la sociedad de explotación, conquistar con la lucha el gobierno de los trabajadores basado en la autoorganización de la clase trabajadora, para avanzar hacia el socialismo. Una organización que está en la primera fila de las luchas más avanzadas de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, pero que no pierde de vista que nuestro destino no está en “hacer un poco más soportable la esclavitud” (asalariada) sino en terminar con ella, ya que sólo así será posible poner fin a la miseria, la opresión, la destrucción del planeta, las guerras y toda forma de barbarie humana.

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