¿Por qué un movimiento contra la intervención imperialista y el racismo en el Estado español?

Potenciar un gran movimiento que, partiendo de la condena a los atentados, enfrente las medidas represivas de los gobiernos, las guerras e intervenciones imperialistas, el racismo y la xenofobia. Un reto para la izquierda anticapitalista y revolucionaria.

Frente a los últimos atentados de París, el Gobierno de Hollande sólo ha ofrecido guerra interna y externa, tras una “tregua social unilateral” que más que «convencer» a la población de su ofensiva guerrerista, lo que ha generado es miedo y mayor vulneración de los derechos democráticos fundamentales.

En el Estado español, el Gobierno de Rajoy a tono con la política guerrerista de Hollande, no tardó en reforzar su ofensiva represiva contra las libertades democráticas elementales, retomando el «pacto antiyihadista» y militarizando las ciudades.

Rajoy está respondiendo a dos frentes. Puertas afuera, está azuzando sus (nada nuevos) discursos civilizatorios contra la «barbarie terrorista», respondiendo a las peticiones de sus socios imperialistas hoy direccionados por París, con sus promesas a Francia de relevos en países de África como Mali e incluso titubeando con apoyar una intervención en Siria.

Puertas adentro, responde a la carrera electoral del 20D, en la que el partido de derechas Ciudadanos cada vez más en auge, muy coherentemente con su estrategia derechista, exige que el Estado español intervenga militarmente en Siria. Y con la frase «Hoy todos somos Francia», llamó a otra reaccionaria unidad nacional con el rey Felipe VI, el PSOE, el PP, Ciudadanos y Unión, Progreso y Democracia (UPyD).

Fue Podemos quien quedó fuera de este pacto reaccionario, cuya crítica central se basa en que las medidas presentadas buscan situar al país y a la población en un estado de emergencia, atacando las libertades elementales. Sin embargo, está muy lejos de un posicionamiento firme contra las intervenciones imperialistas, tan reclamadas por todos los partidos de la «casta política».

Más cerca que lejos de ésta, Pablo Iglesias anunció al general José Julio Rodríguez, ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como número dos de Podemos por Zaragoza para las elecciones generales de diciembre. Es decir, Podemos pretende llevara adelante sus “7 medidas para la paz y por la derrota del terrorismo del ISIS”, junto al firme defensor de la permanencia del Estado español en la OTAN y ex-responsable de misiones imperialistas como las de Afganistán, Líbano o Libia.

Hipocresía imperialista y mayor represión «puertas adentro»

Para el futuro Gobierno español, no será tan fácil después de las generales intervenir en una nueva guerra. La experiencia de Aznar en 2003 actúa como una sombra que persigue a los anuncios guerreristas del Régimen.

Mientras los tertulianos a sueldo alzan sus voces liberticidas y civilizatorias con todo un trasfondo racista e islamofóbico, muchas otras voces son las que vienen denunciando la hipocresía imperialista.

Con la llamada «crisis de los refugiados» los discursos humanitarios prontamente acabaron en medidas cada vez más restrictivas hacia los migrantes. Las imágenes de gas pimienta y vallas de alambre de espino desenmascaraban la dramática realidad del 1.000.000 de refugiados aplastados en las fronteras tras la política de la «Europa Fortaleza».

Puertas adentro, la batalla contra las libertades democráticas más elementales en el Estado español es sentida por la mayoría de la juventud, la clase trabajadora y el pueblo pobre. Las «ciutades mortes» para la juventud que no tiene derecho a divertirse. Las represalias y golpes de porra a los desahuciados de sus casas robadas por los bancos. Las multas y penas de cárcel a los trabajadores y trabajadoras por luchar y hacer huelga. A las mujeres y movimiento feminista por luchar por el derecho al aborto. La represión constante y cotidiana que viene actuando como una especie «guerra interna» se convirtió en Ley «mordaza», quedando legitimada por el «Estado de derecho».

Y así está actuando con todo «el peso de la ley» contra el pueblo catalán y el derecho a decidir tras la intervención del Tribunal Constitucional, con su cara más españolista imperialista. Así como también contra el pueblo vasco y la eterna persecución a la izquierda abertzale.

Los discursos y medidas políticas persecutorias contra las personas migrantes, que fomentan la islamofobia y el racismo, son cada vez más rechazadas por amplios sectores de la sociedad y los movimientos por los derechos de los inmigrantes que luchan contra las leyes de extranjería, la persecución a los trabajadores manteros inmigrantes o por el cierre de los CIEs.

Tras la crisis de los refugiados y todas estas medidas represivas, se hace cada vez más difícil tapar las profundas contradicciones generadas por las intervenciones militares imperialistas —que dejaron cientos de miles de muertos desde que Estados Unidos invadió Afganistán e Irak—. Y que son la causa del gran desequilibrio, guerras y crisis en el Cercano Oriente y un factor fundamental que explica el surgimiento de grupos como Al Qaeda o el EI.

Si la barbarie de las guerras e de la injerencia de los países imperialistas llevaron a una situación que golpea en el centro de Europa en la forma de atentados brutales como los de París, no serán estas una solución. Contrariamente llevarán a más barbarie: la barbarie de la Europa Fortaleza, la Europa del capital.

Desafiando a los «estados de emergencia» imperialistas con un movimiento en las calles

Después de los brutales atentados del 13 de noviembre y la respuesta militar y liberticida del gobierno, comenzaron a gestarse movimientos de protesta en las calles, como la concentración —prohibida previamente por la policía— del pasado fin de semana en Francia con la consigna “migrantes bienvenidos” convocada por diferentes organizaciones sindicales, políticas de izquierda y colectivos de inmigrantes.

En Berlín, más de 4.000 estudiantes se manifestaron en solidaridad y contra los ataques a los refugiados y en contra del racismo. También en ciudades como Bremen, Francfort y Munich hubo manifestaciones y acciones de protesta.

En el Estado español, las medidas de intervención imperialistas y ecos de apoyo a la intervención en Siria, pretenden justificar las medidas de represión interna y militarización de las ciudades. Esto está generando un descontento en amplios sectores de la juventud, la clase trabajadora y sectores populares, muy castigados por la crisis.

Potencialmente hay una gran posibilidad de que surja un movimiento en las calles, en los centros de trabajo y estudio, de los diferentes colectivos contra el racismo y la xenofobia, de solidaridad con los refugiados y migrantes y colectivos «antifascistas», en alianza con todos los jóvenes, trabajadoras y trabajadores represaliados y condenados por luchar, manifestarse y hacer huelga.

El reto de los grupos anticapitalistas, combativos y revolucionarios es desarrollar esta potencialidad, ya que ninguna de las «nuevas candidaturas ciudadanas» y neo reformistas están dispuestos a hacer. Por el contrario, Ayuntamientos como el de Ada Colau, persigue y reprime a los trabajadores migrantes manteros en Barcelona, mientras Podemos defiende a la OTAN.

Nuestro reto: potenciar un gran movimiento que, partiendo del repudio completo a los atentados y la solidaridad con las víctimas, enfrente las medidas represivas a las que nos somete el Régimen del 78, a las guerras e intervenciones imperialistas, contra el racismo, la xenofobia y la islamofobia, que luche por abrir las fronteras y por la igualdad plena de derechos para los refugiados e inmigrantes.

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Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona