¡Basta de atropellos! Hay que defender el referéndum catalán

El Gobierno central sigue apretando las tuercas contra el 1O. El Govern sigue encajando golpes sin organizar la resistencia. Solo la organización y movilización obrera y popular podrá garantizar el referéndum.

El Régimen del 78 en pleno ha lanzado una nueva ofensiva “a medida” contra el referéndum de autodeterminación. Una nueva vuelta de tuerca contra el 1O. La Guardia Civil ha interrogado a funcionarios de la Generalitat. La Fiscalía “examina” a las empresas que se presentaron a la licitación de compra de urnas. La Consellera de Governació, Meritxell Borràs, ha sido querellada por la Fiscalía.Todo el aparato judicial está en alerta. El Rey habló de ‘convivencia’, ‘diálogo’ y ‘respeto a la ley’. Pero nada de eso hay en el Estado, no hay que olvidarse de la “Operación Catalunya”, las cloacas del Estado o los juicios por el 9N. El Gobierno de Rajoy, con el apoyo del “nuevo” PSOE y de Ciudadanos, ya está utilizando la maquinaria del Estado para que el próximo 1O ni siquiera se parezca al 9N.

Unidos Podemos se declara a favor del derecho a decidir y en contra de esta ofensiva, aunque sin apoyar directamente el 1O. Sin embargo al mismo tiempo retoma la búsqueda de un pacto de gobierno con uno de sus principales agentes, el PSOE de Pedro Sánchez, y se niega a impulsar la más mínima movilización en apoyo a Catalunya.

Basta de dilaciones ¡Hay que defender el 1O!

Puigdemont y el grupo parlamentario de Junts pel Sí tienen una ubicación pasiva ante la ofensiva del Gobierno central. Nada más allá de declaraciones. El President ha acusado al Estado central de “espantafuncionarios”, pero sin hacer absolutamente nada para enfrentarlo. Igual que Meritxell Borràs que simplemente se lamentaba por los interrogatorios de la Guardia Civil.

El bloque soberanista se ubica de manera pusilánime encajando uno tras otro los golpes asestados por el Gobierno central y las reaccionarias instituciones del ’78. Tan es así que a tres meses del referéndum aún no tienen las urnas. ¿Se puede ser más desastroso? Parecen los mariscales de la derrota. Hay que decir basta y hay que movilizar a los trabajadores y el pueblo catalán. Está claro que el PDeCAT, ERCy todo Junts pel Sí no lo harán. Nos llevan a un camino de frustración.

Hasta la misma CUP viene advirtiendo de esta posibilidad. Este jueves una de sus figuras públicas más conocidas, el ex diputado Quim Arrufat, advertía que si el Govern fallaba y el 1O no podía realizarse, darían por muerta la legislatura y harían lo posible por una nueva convocatoria electoral. Pero, ¿hay que esperar a que ese escenario de derrota sea una realidad para optar por una hoja de ruta independiente de los capitanes del “procesisme”? Nosotros creemos que no.

El referéndum del 1O es posible realizarlo, pero a condición de que no lo dejemos en las manos de quienes vienen año tras año posponiendo este derecho, aceptando las líneas rojas de la legalidad del 78 y ahora no se preparan para revertir las medidas que ya anuncia el Estado central y la Judicatura. Son los trabajadores y los sectores populares quienes se deben poner a la cabeza del mismo.

Durante estos años, los dirigentes de CCOO y UGT se han ubicado en un calculado segundo plano. Hay que exigirles que se pongan a la cabeza de la defensa del 1O, que defiendan a los funcionarios y enfrenten la reaccionaria ofensiva de Rajoy y el Régimen. La izquierda sindical debe formar parte también de ésta lucha por el 1O. Incluso si los dirigentes de CCOO y UGT se niegan a tomar una medida efectiva, si el sindicalismo alternativo toma la iniciativa para que la clase obrera catalana se ponga al frente de esta sentida lucha sería posible quebrar la permanente política de desmovilización de las centrales mayoritarias.

La Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) con fuerte implantación entre los funcionarios también tiene una gran responsabilidad. La COS, que es una central independentista, y CoBas también. La CGT y todas las representaciones sindicales deben ponerse a la cabeza, partiendo de los lugares de trabajo para lograr una intervención común y efectiva.

Las direcciones sindicales deben convocar un paro de 2 o 3 horas para garantizar asambleas en los lugares de trabajo y así los trabajadores puedan discutir cómo defender y realizar el referéndum del 1O. Que en cada centro de trabajo se elijan delegados para poder formar la organización del 1O y constituir un organismo de coordinación que tome el 1O en sus propias manos y que sume al resto de la población, a todo ese 80% que quiere votar.

A su vez la izquierda independentista y el resto de la izquierda que se pronuncia a favor del referéndum, como los “comunes”, deben poner todos sus recursos en favor de este proceso de organización y movilización social. Los más de 3.000 militantes de la CUP, sus 10 diputados y decenas de regidores, los cientos de afiliados a las distintas fuerzas de los “comunes” y todos sus cargos institucionales… junto a la militancia de la izquierda social y anticapitalista, es un gran activo para poner en pie asambleas y comités en barrios y centros de estudio que sean parte también de la organización y defensa del 1O.

También hay que convocar una movilización a la Plaça Sant Jaume y a la Delegación del Gobierno para dejar bien claro que las riendas del 1O la tomarán los trabajadores y el pueblo. Que el Estado central y el Constitucional sepan que si quieren evitar la votación deberán enfrentarse a una gran movilización social y no a un Govern presto a aceptar el peso de su ley. Para que les quede claro que el 1O se hará y que el resultado se respetará. Sólo a través de la organización y la movilización podremos triunfar y comenzar a resolver todos los problemas sociales.

Para que la clase trabajadora y los sectores populares se sumen con fuerza y encabecen esta pelea es fundamental la independencia política de la hoja de ruta de Puigdemont y Junqueras. Esto implica también que la defensa del referéndum esté vinculada a la lucha por abrir un proceso constituyente realmente libre y soberano, en el que también poder discutir el resto de demandas democráticas pendientes y la solución a los graves problemas sociales de paro, precariedad, vivienda o servicios públicos.

La CUP debe abandonar ya el mal llamado “bloque soberanista” e impulsar la movilización de los trabajadores y el pueblo. Los “comunes” y Podem deben abandonar su ambigüedad respecto del 1O y también ponerse a la cabeza del mismo. De nada sirve respetar las estrictas reglas que el búnker impuso en la Constitución del 78, ni esperar a Puigdemont-Mas que llevan años marcando el paso en el mismo lugar.

A su vez hay que exigir también a las organizaciones obreras y de la izquierda en el resto del Estado que convoquen movilizaciones en apoyo al derecho de autodeterminación del pueblo catalán y el referéndum del 1O, como las acciones en favor del derecho a decidir que están ya discutiendo las Marchas de la Dignidad. Podemos e IU deben romper todo diálogo con uno de los principales verdugos de este derecho, el PSOE de Sánchez, y sus sectores internos que se han manifestado por impulsar la movilización social, como Anticapitalistas, pasar de las palabras a los hechos denunciando estas negociaciones y llamando a actos y reuniones para preparar un plan de lucha.

Todas las fuerzas que se reivindiquen revolucionarias, anticapitalistas y verdaderos demócratas deben ponerse a la cabeza junto a los sindicatos de trabajadores para enfrentar al Gobierno central y las fuerzas anti referéndum. Conquistar este derecho por medio de la movilización social sería un gran golpe para el Régimen del 78, y por lo tanto un paso de gigante por poder abrir procesos constituyentes en Catalunya y el resto del Estado sobre sus ruinas, donde poder debatir y resolver las grandes demandas democráticas y sociales que se han venido expresando en las calles desde la irrupción del 15M y a apertura de la crisis de régimen. Imponer el 1O no será fácil, pero con la movilización y organización de los trabajadores y el resto de la sociedad es posible.

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