Los brutales atentados de Bruselas fueron sembrados por las guerras imperialistas en Irak y Siria

Repudiamos los brutales atentados de Bruselas y nos solidarizamos con los familiares y las víctimas. Repudiamos las guerras imperialistas, el racismo y la xenofobia europea.

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Foto: REUTERS/Ketevan Kardava

Los brutales atentados de Bruselas reivindicados por el Estado Islámico se produjeron en lugares públicos como el aeropuerto y el metro donde circulaban miles de personas que iban a su trabajo por la mañana, dejando más de 30 muertos y 130 heridos. Son acciones brutales y reaccionarias que repudiamos, a la vez que nos solidarizamos con todas las víctimas.

En el momento en que los estados europeos refuerzan sus medidas de “seguridad” contra la población, implementan controles fronterizos racistas, atacan las libertades democráticas y expulsan a miles de refugiados en nombre la “lucha contra el terrorismo” y la “defensa de la libertad”, estos nuevos atentados muestran que su estrategia reaccionaria es un verdadero fracaso. Bruselas es la capital política de la Unión Europea, sede de la OTAN y del Parlamento Europeo. Estos atentados golpean en el corazón de Europa.

Hace cuatro días fue arrestado en Bruselas Salah Abdeslam, el “hombre más buscado de Europa”, al que se responsabiliza de la planificación de los atentados de Paris el pasado 13 de noviembre. Bélgica, Francia y la UE presentaron esa detención como un gran triunfo de sus aparatos de seguridad y una “derrota del terrorismo”. Pero la tragedia que se vivió hoy en Bruselas muestra que los atentados terroristas no se frenarán con más policía en las calles y más detenciones, más bien sucede lo contrario.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dicho que los atentados de Bruselas son un «atentado contra nuestros valores y contra nuestras sociedades abiertas». Una muestra más de la hipocresía imperialista en defensa de los “valores europeos” cuando la UE está expulsando a cientos de miles de refugiados que huyen de la guerra.

Manuel Valls, primer ministro francés ha declarado que “Estamos en guerra”, reafirmando su política de “seguridad total” mediante el “Estado de emergencia”. En el Estado español, el presidente en funciones Mariano Rajoy ha reforzado los controles de “seguridad” y ha apelado nuevamente a fortalecer el pacto “antiyihadista”, llamando a todos los partidos a suscribirlo. Podemos ha rechazado su adhesión al pacto impulsado por el PP junto al PSOE y Ciudadanos, pero se ha mostrado dispuesto a participar de las reuniones en carácter de observador mientras su líder, Pablo Iglesias, ha declarado que “en este momento toca la unidad de todas las fuerzas políticas» y el apoyo a las “fuerzas de seguridad”.

Como ocurrió hace unos meses en Francia, la respuesta reaccionaria de los Estados europeos es reforzar las medidas represivas sobre la población y en especial hacia los barrios árabes como el de Molenbeek en Bruselas. Se multiplican en programas de TV y redes sociales comentarios islamófobos y racistas.

Sus guerras, nuestros muertos

El Estado Islámico se gestó en las condiciones de las intervenciones imperialistas en Irak, Afganistán, Libia y Siria. Asesinatos selectivos con drones, bombardeos en hospitales y barrios populares, cárceles secretas y torturas, decenas de miles de muertos, todas estas acciones imperialistas abonaron el terreno para la multiplicación de redes de Al Qaeda y el Estado Islámico. A esto se suma la discriminación y exclusión crónica de las poblaciones de origen árabe y musulmán en barriadas pobres de las capitales europeas.

El Estado Islámico es una organización completamente reaccionaria, que ha mantenido estrechos vínculos políticos y financieros con sectores de las burguesías árabes de Arabia Saudita o Qatar. Son claramente un enemigo de la lucha por la liberación de los pueblos del yugo imperialista y sionista en Oriente Medio. Pero sus métodos bárbaros y reaccionarios, son utilizados por las potencias imperialistas para difundir la idea de que estamos ante un “choque de civilizaciones”, identificando a la comunidad árabe y al Islam con el terrorismo islamista. Es necesario repudiar y enfrentar con todas nuestras fuerzas los ataques brutales y reaccionarios del Estado Islámico, pero al mismo tiempo luchar contra todo tipo de islamofobia, racismo y xenofobia.

La Unión Europea acaba de firmar un acuerdo xenófobo con Turquía para devolver a todos los refugiados que huyen desesperados de la guerra. Los atentados de Bruselas fortalecerán las tendencias más reaccionarias de la extrema derecha europea, culpabilizando a los refugiados, inmigrantes y la población europea de origen árabe.

La guerra en Siria, donde intervienen los intereses enfrentados de actores locales, potencias regionales y potencias imperialistas, ya ha generado el saldo de más de 250.000 muertos, 11 millones de desplazados y 5 millones de refugiados. Sus consecuencias siguen golpeando hoy en el corazón de Europa, con los atentados de Bruselas y con la oleada sin precedentes de refugiados que sobreviven en el baro de Idomeni mientras Europa les cierra sus puertas.

Ante el reforzamiento de las políticas guerreristas y xenófobas en Europa, las organizaciones obreras, movimientos sociales, juveniles y de izquierda, debemos impulsar un gran movimiento contra la guerra imperialista y contra los pactos xenófobos de expulsión de refugiados, retomando el espíritu del masivo movimiento contra la guerra de Iraq en 2003, levantando un programa de defensa de las libertades democráticas, en defensa de los refugiados e inmigrantes, y contra las guerras y bombardeos imperialistas.

¡Sus guerras, nuestros muertos! ¡Abajo las guerras imperialistas!